Después de un tiempo, Jaejoong sentía
un liguero dolor en su garganta. Quizas, debido a que nunca en su vida se
habia esforzado tanto en cantar.
Aunque no lo pareciera, ese hombre era
realmente estricto. Primero habían calentado alrededor de treinta minutos y
habían estado buscando que genero le quedaría mejor para cantar ese día.
Por su voz de… ¿barítono? ¿Soprano?
¿Qué habia dicho? ¿Liberar la voz, caja torácica? ... pues bien, al menos
ya habían escogido la canción ideal para él.
Una con un titulo en ingles que no se
atrevería a intentar pronunciar.
Al terminar el primer ensayo, los
cuales serian muy temprano por las mañanas todos los sábados, Henry le habia
dicho que tenía un buen timbre de voz pero que solo hacía falta educarla
más. Vale, él simplemente habia asentido con media sonrisa sin entender
ni siquiera un poco todos aquellos términos. Y bien, aquí estaba. Con un
liguero dolor de garganta, una bebida caliente de la máquina expendedora en sus
manos, solo.
Changmin se habia ido justo
cuando habia pasado eso.
Así que lo estaba esperando sentado en
la acera viendo los automóviles pasar.
Ya habia pasado un tiempo, el cielo
comenzaba a nublarse y Jaejoong comenzaba a sentirse un tanto nervioso.
Una parte de él habia bloqueado toda
esa escena en su cabeza, las sensación en sus labios… pero ahora todo volvía a
su mente.
Los labios de Changmin eran más suaves
y se sentían mil veces mejor, no hubo esa dolorosa sensación de culpabilidad en
su pecho.
Probablemente la razón era porque
habia correspondido con total sinceridad.
La pregunta era ¿Por qué? ¿Por qué
Changmin lo habia echo, y por qué él habia aceptado?
Ya no era un niño pequeño para no
saber qué significaba y , a pesar de que su vida amorosa se reducía a… Bueno,
nada. ¿Quién tiene tiempo para el amor cuando te mueres de hambre? Al menos, él
no.
Quizas era un beso de agradecimiento…,
o de compensación por los problemas que le estaba causando pero no de amor.
¡Vale, si era así entonces estaba
haciendo lo mismo con Changmin que con Eunjae!
¿Verdad?... ¡El no podía sentirse
atraído por un hombre, no era gay!
No… No estaba tan seguro ahora por
culpa de Changmin. Nunca habia estado confundido por Eunjae ya que
Jaejoong no sentía nada agradable cada vez que lo besaba.
Pero ahora Changmin… eso habia sido
como el cielo.
—Estúpido, Changmin. ¿Por qué tenias
que hacer eso?— Hundió la cabeza en sus rodillas. Aun podía sentir la sensación
suave y húmeda de esos labios.
—Sus labios, eran dulces y fríos...— pensó, inconscientemente relamiéndose. —Ahora siento que ya no quiero
irme, pero tengo que hacerlo. Ahora aún
más , antes de que sea tarde.
—Él me gusta, supongo— murmuro de
forma apagada. —Me gusta su voz, su rostro, su calidez, lo gracioso y raro que
es.
Terminó la lata, se puso de pie y la
arrojó al contenedor.
—Al menos, no lo amo. Asi que no será
doloroso— Jaejoong caminó de regreso al edificio y se acerco a Jesse.
—Oh, hola— La chica
parecía estar diseñando algunos peinados en la mesa de la sala de espera.
—Hola, Jaejoong— Ella le sonrió.
—¿Podrías hacerme un favor y prestarme
algo donde anotar?
Al final escribió simples
frases.
Dile a tu manager que escapé (De hecho lo estoy haciendo) y
revisa el primer cajón.
Perdona todos los problemas que causé.
Jaejoong.
Habia hecho un buen intento por
no escribir como un niño de primaria.
—Jeese, ¿podrías darle esto a
Changmin?— Le dio el papel doblado en dos. —Es algo importante.
—Si, por supuesto.— La chica lo tomó
sin leerlo, y lo guardó en el bolsillo izquierdo de sus jeans.
Jaejoong dio media vuelta y comenzó a
alejarse. —¡No vemos!— Escuchó que le decían.
—Sí— mintió.
Apenas salió del lugar, comenzó a
llover.
—Solo eso faltaba, gracias— siseó y
siguió caminando, perdiéndose entre la gente.
Changmin no se merecía eso, no
necesitaba las mentiras de un mezquino como él. El cantante incluso tenía una
novia, mucho dinero y una carrera en la que Changmin podía hacer lo que
quisiera con ella.
Jaejoong solo tenía lo que llevaba
puesto y ganas de llorar.
—Ahora no.— Se dijo a sí mismo.
Caminó hasta llegar a un pequeño edificio con locales. Lo primero era
conseguir trabajo y buscaría un alquiler en el periódico, no importaba si
estaba lleno de cucarachas. —Es comenzar desde cero— murmuró antes de entrar a
un restaurant de comida china.
--
-
—Oh, como me gustaría emborracharme—
Changmin tomó otra taza de café sin cafeína con mucha azúcar, crema y leche. —Pero
la resaca es horrible.
Habia un par de chicas observándolo
desde una de las mesas, debían conocerlo porque cuando habia entrado, los
grititos agudos por aquí y por allá no se hicieron esperar.
—Estamos en Corea, hay Idols hasta
debajo de la piedras ¡¿Por qué reaccionan así conmigo?!— Habia querido
decirles.
Estaba de mal humor, y quizas se
notaba a leguas, porque ninguna de ellas se habia acercado a pedirle un
autógrafo o algo así.
Terminó de beber, y fue hasta la caja.
—Dos pastelillos, por favor—
pidió. —Hum…. Esos de fresas con betún blanco.
Los compró para Jaejoong, ya eran más
de las cuatro y debía tener hambre.
Lo empaquetaron de una forma demasiado
linda para un hombre. Era una cajita con corazoncitos rosas y un moño rojo.
—Gracias— murmuró incomodo.
Al momento de subir a su auto, dio un
largo suspiro mientras recargaba su frente en el volante.
Habia sido impulsivo, habia sido
estúpido, desagradable e infiel. Pero si pudiera, lo haría otra vez porque
habia sido el mejor beso que habia dado en su vida.
Se sonrojó. —Mejor beso en su
vida— Habia sido cursi, pero era la verdad.
El problema era que no sabría cómo
actuar con Jaejoong, ni que excusa dar, porque realmente no tenía
ninguna.
—Fue un error ¿vale? Lo siento. Me
tropecé…— Recordó el segundo besó. —Y luego me tropecé otra vez.
No, nunca le creería
—Te confundí con una chica— La situación
no era la correcta y Jaejoong no parecía una, a pesar de ser condenadamente
lindo.
—Otra vez estoy pensando en que es
lindo. ¡Sí, lo es! ¡Y también los conejos y las figuritas pequeñas de
plástico en los pasteles caros!
—Pero nunca he besado a un
conejo o a la novia de un pastel de bodas— Se dio topecitos
contra el volante.
**+
—Oh, creo que la razón es clara y se
llama Te gusta Jaejoong,
idiota.— Habia llamado a
Yoochun mientras conducía. Pero antes de pedirle un consejo tuvo que contarle desde
el principio todo lo que habia sucedido y desmentir eso de que habia tenido una
aventura con Jaejoong la noche en el club.
Y estaba muy preocupado, porque
esa idea no le desagradaba del todo.
—Yoochun, yo amo a Ume— Susurró, aún
sin mucha determinación.
—Oh, sí. La chica que no has visto
desde que TVXQ tomó un descanso y la misma que te colgó cuando le dijiste que
no tenías el cheque. Ella de verdad te corresponde.— La voz de Yoochun
sonaba molesta.
—Es mi novia.
—Las novias están contigo en las
buenas y en las malas. Y ella se fue a Japón justo cuando más la necesitabas—
Suspiró desde la otra línea. —Tengo un descanso en cuarenta minutos, te espero
en el set y hablamos.— Hace mucho tiempo que quería abrirle los ojos a
Changmin respecto a esa chica, y ahora con la ayuda de Jaejoong, estaba
determinado a hacerlo.
—Tengo que recoger a Jaejoong primero.
—Hum… ¿Dónde está?
—Esta en un lugar… para aprender a
cantar un poco.
—Oh, que especifico. Vale, ven con él
entonces.
—Pero…
—Changmin— Le llamó Yoochun
seriamente. —Me pides un consejo y lo que pienso es que debes ir con Jaejoong,
besarle y decirle que lo intenten.
—¿Algo menos drástico?
—Ese es mi consejo, si quieres
otro, ven y hablaremos. Las chicas del staff están espiando la llamada, adiós,
adiós.
*
—Supongo que tienes algo de
experiencia— Le dijo el señor con acento cantones. —Vamos a darte una
oportunidad a pesar de que no cumples con muchos de los requisitos.
—Gracias, gracias.— Hizo una
reverencia de noventa grados. —Cumpliré con sus expectativas, lo prometo.—
—¿Está bien si comienzas mañana?
—Sí, sí— asintió con una sonrisa.
La paga era buena, descubrió que en
esta parte de Seoul pagaban más y los horarios no eran tan pesados como en el
sitio donde vivía.
—Debí hacer esto desde un principio…—
pensó, aún si el pequeño dolor en su pecho continuaba. Changmin, Changmin… sólo
podía pensar en él y realmente deseaba correr de regreso y esperarlo,
incluso si eso significaba causarle más problemas.
Abrió la puerta del restaurante, saliendo
dirigiéndose calle abajo.
—Pero no te mereces eso.
Metió la mano en el bolsillo del
pantalón, y distraídamente contó el cambio.
Exactamente completaba para un
motel. Pasó por su cabeza la idea de regresar con Eunjae, pero no quería
obtener un agujero en la frente.
*
*
—¡¿C-como se atreve?!— Changmin casi
tira el afeminado paquetito que traía para Jaejoong. Estaba a punto de tener un
tic en el ojo. —¿A dónde te dijo que iba?— le reclamó a Jesse.
—Eh, no me hables así, muchachito.
¿Desde cuándo eres tan grosero?— La chica se puso de pie y le miró mal. —Anda
a buscarlo entonces, no me metas en tus problemas.
Changmin revolvió sus cabellos,
frustrado.
¿Qué pretendía ese…ese…? ¡No podía ni
insultarle ahora! Regresó corriendo al volvo.
—¿Fue por el beso?— susurró, ahora con
las manos en el volante y aceleró. —No debió ser tan desagradable porque hasta
correspondió, ¡pero va a escucharme! ¿Y qué es eso de —revisa el cajón— blablá?
Odiaba cuando la gente se ponía así de
misteriosa, pero odiaba más aún cuando herían sus sentimientos.
—Y yo que consideraba tomar el consejo
de Yoochun— cerró los ojos, respirando más lentamente. Desaceleró,
mirando varías veces por entre la gente en las banquetas con la esperanza
de verle. Se sentía como un tonto, él incluso habia desarrollado en su
imaginación antes de llegar al edificio, una escena donde llegaba
heroicamente y lo besaba de nuevo con pasión.
Sintió las mejillas ardiendo.
La llegada de Jaejoong a su vida,
habia desencadenado un tumulto de emociones que creyó jamás sentiría otra vez.
Estaba seguro de que no era amor, pero
sí lo que sentía era lo primero que ocurría antes de serlo.
*
La joven dio un par de sorbos a su
bebida dietética.
—No, no. Sólo las maletas de Louis V—
le dijo a una de las sirvientas. — El vuelo a Corea es a las siete de la noche,
date prisa, Miri ,y empaca lo necesario—
Los tacones resonaron por los pasillos
de mármol ordenado, indicando que se marchaba de la espaciosa habitación.
-----
A decir verdad estaba un poco nervioso.
No podría decir si estaba bien o mal pero, necesitaba algo de ayuda
ahora.
No conocía a ese tal Junsu.
Pero al parecer él, sí. Quizás se le hacía algo familiar pero no
recordaba exactamente de donde.
—Jaejoong hyung— Le sonrió el chico lindamente— Es por aquí.
—Eh, sí— ambos subieron las escaleras del edificio, aunque más bien
parecía una casa de terror a causa de las paredes humedecidas.
Jaejoong había estado esperando a que la lluvia se fuera un poco parado
bajo el techo de una librería, cuando ese chico de cabellos azules le saludó
con un — ¿Jaejoong, hyung? ¿Me recuerdas?, nos conocimos este lunes.—
Y de una forma u otra, finalmente había conseguido un compañero de
alquiler.
Junsu necesitaba algo de ayuda con eso, y en su plática Jaejoong había
soltado que no tenía donde quedarse ahora mismo.
Estaba sorprendido, había conseguido un lugar fácilmente sin tener que
hacer algo de lo que se avergonzara. Limpiamente, por así decirlo.
Era un cuarto grande, con una mini estufa y un estante con muchos
recipientes de ramen instantáneo. También había un colchón en la esquina con
sabanas blancas y limpias. Y muchos cd's originales en el suelo.
—Perdona el desorden— le dijo algo apenado. —Acabo de mudarme.
—No, está bien.— Jae intentó sonreírle. —Es un buen lugar, solo
limpiemos un poco.
—Veré si el casero puede prestarnos algo ¿Sí? Mientras puedes eh... —Junsu
rascó su nuca nervioso. —Te prestaré algo de ropa, supongo— Y salió.
Jaejoong no supo interpretar porque el peli azul actuó así, hasta que vio
como la camisa blanca que llevaba transparentaba todo por estar mojada.
*
*
—Y ahora vienes a pedirme ayuda después de que tu amor escapa.
—¡Que rayos, no es mi amor! — Le gritó Changmin exasperado. —Y tú fuiste
el que llegó aquí en taxi, yo solo te llamé. Y como eres un curioso de primera
vienes para saber cómo terminara esto.
Changmin le miró mal a la vez en que cruzaba los brazos.
Estaban en el mismo café donde había comprado los pastelitos.
Changmin llevaba un buen rato buscando por los alrededores, y nada. Y ya
casi anochecía.
Mentiría si no dijera que estaba preocupado por Jaejoong.
Incluso esta parte de Seoul podía ser peligrosa.
—Lo siento, Changmin. No sé a dónde pudo haber ido.— Finalmente hablaba
enserio. —Llamé al café de mamá y no se ha aparecido por ahí. ¿Sabes algo más
de él que no sea su nombre completo? ¿Una pista?
—Me dio esto—. Changmin le mostró un papelillo demasiado arrugado, y un
tanto húmedo. Yoochun imagino a Changmin arrugándolo en sus manos, presa de los
nervios.
—Entonces revisa ese cajón— le respondió finalmente. —Es lo único que te
dice. Además de que escapó. Ustedes dos pueden ser algo dramáticos, pero está
bien... Así su noviazgo no será para nada aburrido.
—¿Debería?— Changmin rodo lo ojos, haciendo su mayor esfuerzo por
ignorar los desvaríos de Yoochun. Aunque no pudo evitar que la palabra —noviazgo—
resonara en su mente como un cántico.
—Quizás ayude en algo— Se encogió de hombros, y puso a Changmin de pie
tirando de su brazo.
—Vale, vale.— Se deshizo delicadamente del agarre de su mejor amigo. No
le gustaba mucho el contacto físico con otras personas.
Pero tampoco había notado el pequeño detalle, en donde solo se dejaba
tocar y tocaba a Jaejoong tan naturalmente.
*
Subieron al Volvo.
Changmin condujo hacia su casa algo más rápido de lo común.
—Entonces ayuda a revisar los cajones— murmuro Changmin, a la vez en que
comenzaba por el mueble de la sala.
—Pobre, pobre mi Changmin. Qué el amor te tiene mal.
El más alto quiso lanzarle el jarrón en sus manos, pero no lo hizo. No
porque no quisiera lastimar a Yoochun, si no porque era una pieza de diseñador
que le había regalado Yunho hyung.
Esto sería más serio si hubiese acudido a él, pensó. Regresando el
artículo a su lugar, no tuvo de otra más que preguntar. —¿Entonces? ¿A qué
viene esa...afirmación?— Hizo una mueca. ¿Por qué Yoochun tenía que insistir
con la palabra amor cada vez que podía? Actuar en tantas comedias románticas y
dramas estaba afectándole, suponía.
—No guardaría nada en la sala. No es romántico.— Yoochun caminó hasta la
habitación de Changmin. —Busquemos acá.
Changmin entró y comenzó a revisar el armario.
—Cajón, Changmin, cajón. —Le repitió Yoochun dirigiéndose a uno.
—Ah, sí.— fue al primero que estaba a su lado y lo abrió. El cajón
estaba prácticamente vacío. Solo estaba su porta pasaportes y la nueva novela
de su autor favorito.
Tomó el pequeño contenedor realmente costoso.
Al abrirlo, sus ya grandes ojos color chocolate expresaron verdadera
sorpresa.
Claramente no sabía que pensar ni sentir al respecto.
El cheque. Las letras diciendo diez millones de dólares prácticamente le
golpeaban en la cara.
¿Jaejoong lo había tenido todo este tiempo?
Eso no era lógico. Intentó recordar la última vez en que habría usado la
porta pasaportes.
Fue después de viajar de Estados unidos, justo para reunirse con el
abogado de su padre.
No, él no podría ser tan estúpido ¿Verdad?
Estaba absolutamente convencido de que habría usado el bolso de cuero
negro que una de sus fans le había regalado y ese fue el que había
intercambiado con Jaejoong.
Y que justo ahí había guardado la maldita papeleta de los millones.
Vale, ya no estaba tan seguro ahora.
—Yoochun, creo que...cometí un error, creo
La voz de Jae, gritando que él no lo tenía llegó al él.
*
*
—De ninguna manera vas a dormir en el suelo.— declaró Junsu.
—Pero es tu colchón, eh...— Pues bien, Jaejoong ya no tenía excusas que
decirle a Junsu para evitar dormir junto a él.
No le conocía, y aun tenía un poco de sentido común como para no dormir
en la misma cama que un extraño. Si ya de por si era suficiente pasar la noche
junto a alguien que no conocía exactamente bien en el mismo cuarto.
—No, ya estaba cuando llegue al departamento. Y como los dos planeamos
pagarlo entonces este colchón es de los dos—
—¿Entonces, vamos a partirlo a la mitad?— Jae rodó los ojos, mientras
que Junsu reía quedito.
—Eres muy agradable— El más bajo le sonrió. —Podemos dormir juntos, no
tengo ningún problema con eso—
El peligro suspiró. —Bien.—
En realidad se podía ver que Junsu era un buen chico, incluso muy
inocente y qué más da, no tenía cara de asesino al menos
—Perfecto— camino hasta el pequeño montón de mochilas en una esquina. —Buscaré
algo que te quede para que duermas más cómodo.
—Gracias, Junsu— le dijo. Sintiéndose exhausto, pero más bien tenía esa
presión en el pecho relacionada con el cantante.
Se sentó en el piso tallando uno de sus ojos con el dorso de la mano. No
es que fuese algo tan grave pero a causa de él ahora estaba completamente desanimado.
Habia conocido a Changmin hace menos de cuatro días. Sin embargo, sentía que
habia un antes y después en su vida desde la primera vez que lo vio.
Aun asi, trataba de convencerse de algo. Los sentimientos no se
desarrollan a tal punto en tan poco tiempo incluso si su convivencia habia sido
tan natural e inexplicablemente agradable. Muy agradable.
Como ese beso....
Jae dio un gritito de frustración al tiempo en que cubría su cara con
ambas manos.
Junsu que estaba frente al ahora, se inclino hasta estar a su altura.
—hum, ¿Estás bien?
—Supongo— Jae suspiro profundamente, aceptando el pijama a rayas que
Junsu le pasaba. —Gracias, oh, es igual al tuyo...
—Si. Me los regalo una señora, la mamá de otro trainer.—Junsu tomó
asiento al lado del pelinegro. —estoy algo apenado con ella. Me ha ayudado mucho.
—¿Tiempos difíciles...?— Le pregunto, con empatía.
—Supongo. — Junsu se encogió de hombros.— Pero no tanto aun. Tendré que
esperar otros seis meses hasta la próxima audición, es que no alcancé un lugar
en las de diciembre—
—Ah...— Jaejoong se preguntaba si serian las mismas, pero tenían que
serlo ¿o todas las agencias hacían audiciones en diciembre? —¿Te refieres a la
agencia de TVXQ?
—Sí, conseguir un lugar fue prácticamente imposible.
—Yo tenía un lugar, pero no lo tomare— Jae se puso de pie, con el pijama
en las manos. —¿Crees que pueda dártelo a ti?
—¿Qué? ¿Es una broma? ¿Porque me lo darías?
—No es lo mío— le contesto, recordando la débil voz que tenia aun. —Hum...
¿Es posible con...? — Revisó el bolsillo trasero de sus jeans —¿...esto?
Sacó una pequeña tarjeta, más bien parecida a una credencial con el logo
de SM y — 2011 SM Global Audition— escrita en ella. El manager de
Changmin habia llegado a mitad de su práctica y se lo habia entregado
diciéndole que lo cuidara mucho.
Pero a Jae ya no le servía de nada. Junsu grito de emoción cuando lo
extendió hacia él.
—Hyung, hyung ¿Hablas en serio?— Casi se le cortaba la voz, tenía los
ojos brillosos cuando tomó la tarjeta con manos temblorosas. —No puedo creerlo,
estas ayudándome mucho. ¿Cómo puedo agradecértelo? Estoy en deuda contigo. —de
un momento a otro comenzó a hablar realmente rápido.
—No es gran cosa.— Junsu lo abrazo fuertemente. —eh…
—De ninguna manera, no pagaras nada de alquiler.— Le sonrío.
—No, eso no. Solo no seas tan expresivo. —Se alejo un poco. Estaba
decidido que a partir de ahora se mostraría mas aprehensivo con el contacto de
chicos para evitar ciertos percances.
Aunque puede que solo con Changmin sucediesen.
—Voy a cambiarme.
—Si.— Dijo Junsu a un sonriente con casi abrazando el pase.
*
—¿Cómo vas a encontrarlo ahora, Changmin? Ya está oscuro y va a
ser definitivamente mas difícil.— Le pregunto tranquilamente su amigo, con un
vaso de soju. —Relájate. No tiene a donde ir, va a tener que regresar tarde o
temprano.
El pelinegro no estaba tan convencido de eso, pero ni siquiera podía
pensar en ese pequeño torpe caminando solo, por esa enorme cuidad sin sentir el
impulso de salir corriendo a buscarlo.
—¿Cual es la urgencia? Jaejoongie ya esta grandecito, no le pasará nada.
—N-no es eso, es que necesito explicaciones de su parte. No es que
quiera verlo otra vez, no lo necesito ahora— sin saber porque más parecía que
intentaba convencerse a sí mismo de eso, lo dijo como si estuviese leyéndolo de
un libro.
—Por supuesto, solo es eso.— Yoochun le dio por su lado. —En especial no
lo necesitas porque ustedes dos están en medio de un escándalo.
—Pensé que lo sabías, en realidad la reacción no fue tan mala, al menos
no en el sentido que traería problemas graves que yo no tuviese antes. — La
cual realmente no esperaba. Incluso la agencia no le había castigado
exactamente. Solo había aplazado una semana más las actividades de TVXQ.
Una cosa que si le preocupaba, más allá del castigo, eran las muchas
llamadas de programas de televisión por que él y Jaejoong aparecieran, al
parecer estaban aprovechando la reciente fama de la supuesta nueva pareja de
fanservice para subir el ranking.
¿Fanservice por ese video? ¿Que tenia la sociedad coreana?
Changmin acababa de colgar con Hyunjae, quien le había contado todo
esto. Todos querían saber más de Jaejoong, después de haberlos visto juntos
entrando al edificio de entrenamiento para hablar con Henry.
Esta demás decir, que él se había negado rotundamente a eso.
—Dame esa botella. — le dijo a Yoochun. Necesitaba un trago.
*
*
Estaba muy molesta y no haría el intento de disimularlo. Si había algo
que odiara más que viajar en avión, era la aglomeración de fans que le hacía
casi imposible caminar.
Pero una actriz muy famosa en Japón y en Corea, había hecho muchísimos
dramas muy exitosos en ambos países y era algo de lo que tenía que estar
acostumbrada.
Si no fuera porque no habían llevado los guardaespaldas que había
pedido, y todo fue un caos.
—Es por aquí, señorita Lee — Le guió con dificultad, un joven empleado,
por todas las maletas que llevaba arrastrando desde la entrada del hotel.
La chica no le respondió, solo rea cómodo sus lentes oscuros y camino
por la dirección indicada.
Otra cosa por la que estaba molesta, era que mañana debía despertarse
muy temprano para comenzar con las grabaciones de su primera película en Corea
y no tendría tiempo para visitar a sus amigos.
Descargo su frustración injustamente en el pobre muchacho, cerrando la
puerta en su cara.
Se recostó en la cama, demasiada cansada como para desempacar.
Estaba a punto de llamar a Changmin, cuando recordó que le había colgado
y eso sería muy cínico, incluso para ella.
¡Pero no era su culpa! Era el que no podía hace nada bien, y ya no
estaba interesada en él sí ha no tenía todo ese dinero.
Hubo un tiempo, hace muchos años en él quería de verdad a Changmin hasta
que él se había vuelto muy aburrido solo trabajando y estudiando y dejándola
atrás por TVXQ.
Él solito había buscado eso, Ume había ignorado sus llamadas desde que
fue a trabajar a Japón, y simplemente poco a poco se terminaba lo sentía por
él.
Se quito los tacones, lanzándolos por ahí y alcanzo el control remoto
para encender la tv.
—Detesto los programas de variedades. — gruñó, cambiando repetidamente
de canal hasta que vio a Changmin en uno.
Era solo una nota en las noticias.
—Asi que Changmin-ah esta siendo un poquito escandaloso.
*
*
Changmin despertó con la marca de la camisa que uso Jaejoong, en la
cara.
Olía a su propio jabón, pero se sentía bien.
La había encontrado doblada en la silla giratoria, y aspirando ese aroma había podido dormir al fin.
Se tallo los ojos, se sentía mal. Cansado aun, y lo peor de todo mucho
más preocupado que ayer.
Si, lo aceptaba abiertamente. Estaba preocupado por él. Había soñado que
Eunjae encontraba a Jaejoong y bueno, al final el sueño se convertía en
pesadilla.
Conocía a Eunjae y sus negocios ilícitos desde que eran compañeros en la
academia, hasta que Eunjae había sido expulsado de ella a causa de los mismos.
Ambos mantenían desde antes esa marcada rivalidad cada vez que formaban equipo
y el pelirrojo siempre había culpado a Changmin de acusarlo.
Vale, Changmin tenía trece años apenas, estaba asustado cuando ese
gigantón (en aquel entonces lo era para él) robase a mano armada y quisiera que
se le uniera a su pequeño grupo de delincuentes.
No creía que lo volviera a ver, y menos con alguien como Jaejoong
Y es que aunque la primera impresión que había tenido del pelinegro fue
que era un ladronzuelo de baja categoría, en realidad era todo lo contrario.
Jaejoong era bueno, gracioso, algo torpe e infantil pero eso le hacía
ser a su parecer, muy lindo y además que hacia ese tono de voz tan adorable
cuando se enojaba qué simplemente había desarrollado cierto gusto en
molestarle.
—Changmin, te mintió, recuérdalo. Tuvo el cheque todo ese tiempo— se
dijo a sí mismo. Pero simplemente no podía estar enojado con el ahora. Lo único
que quería era ver que estuviese bien y que no haya que tenido que pasar la
noche afuera en la lluvia.
Y hablar con el acerca de esa electrizante sensación al besarse.
Cerró los ojos, recostando su cabeza de nuevo y suspiro profundamente.
Recordó esos ojos tan cerca de él y después el segundo beso que...había
sido...perfecto.
¿Sería un error si había un tercero?
1 comentario:
Que bueno ya se dierón cuenta que se gustan, bien Jae .
Que se enamore Min de Jae porque la disque novia no lo quiere solo desea quitarle los 10 millones
Gracias!!!
Publicar un comentario