lunes, 8 de abril de 2013

The Cutest 3

 —Sube al auto.

—Pero… oye… qué.

—Cállate  y sube.

JaeJoong obedeció a regañadientes. Visiblemente enojado por la forma en que ChangMin le habia empujado para que entrara. Shim rodeó el jaguar y al subirse a él, JaeJoong creyó que azotaría la puerta fuertemente, pero muy al contrario la cerró con delicadeza. JaeJoong entornó los ojos. Aunque fuese cierto, el hermoso bebé de ChangMin no tenía la culpa de su labio roto y el leve moretón en su ojo izquierdo.
Aun así, no, no podía creer que Eunjae no los haya arrollado con la motocicleta.
Cuando JaeJoong lo vio tan enfadado, se había levantado rápidamente de la mesa hacia su hyung. Y sí, las rodillas le temblaban, pero no dio un paso hacia atrás aunque el mayor le viera con  ojos llameantes, a punto de golpearle. De hecho, así parecía hasta que EunJae había visto a ChangMin con cierta sorpresa. Después los había observado a los dos de forma extraña y le había tomado de la muñeca para alejarlo del más alto de los tres, lo suficientemente fuerte como para que JaeJoong sintiera dolor.

Los ojos claros de EunJae le recorrieron furiosos, JaeJoong  siempre había tenido una conducta fuera de lugar con su hyung, sin embargo no podía decir nada en su defensa esta vez. Principalmente por desaparecerse casi tres horas, su cambio de apariencia  inesperado, sentado con otro en un –romántico- restaurante europeo. Tenía toda la pinta de una desvergonzada infidelidad  o algo por el estilo. Así que no culparía a Eunjae por enojarse y observarlo de aquella forma que prometía serios problemas.

El mayor bruscamente lo había dirigido a la motocicleta para que subiera en ella. JaeJoong sabía que lo mejor sería obedecerlo, sin embargo no espero que ChangMin hiciera aquello. Nadie se había atrevido a siquiera hacerle un rasguño a la flamante Harley-Davidson de Eunjae. Nadie excepto el ahora pelinegro gigante, quien con una poderosa patada en los soportes bajos la había hecho caer al suelo.

Incluso el mismo Eunjae, incrédulo observaba la acción.

—Es hombre muerto— Había pensado JaeJoong con lastima.

Pero ChangMin lo había tomado de la mano, no más suave que su hyung por cierto. Y lo había alejado del pelirrojo quien turnaba su mirada de JaeJoong a su motocicleta caída, todavía estupefacto.  Poco a poco los más jóvenes observaron cómo este fruncía más el ceño, hasta que sus ojos se volvieron dos rendijas. JaeJoong ya lo sabía y muy seguramente ChangMin se habia dado cuenta, que EunJae daba verdadero miedo cuando quería.

Pero ChangMin no se quedaba atrás tampoco.

—Tu amigo delincuente no va ayudarte a escapar— Le habia dicho bajito al oído—. Mejor dile que se vaya, no nos conviene tener problemas en público.

Ante eso el pelirrojo cerró sus manos en puños. Aquel acercamiento lo había malinterpretado. JaeJoong aun así hizo lo que el más alto ordenaba, tragando duro, rogando por qué su hyung no hubiese traído la  estúpida arma que le crispaba los nervios.

—Eunjae hyung. Sé que estas molesto, pero no es lo que tú crees. Te lo explicaré todo más tard--

Eunjae pareció ignorarlo, con un gesto brusco al plantarle la palma prácticamente su nariz, causó que JaeJoong guardara silencio. Acortó los dos escasos metros de distancia hacia ellos, con la vista en ChangMin.

—Shim ChangMin ¿eh?  — Con una mano, tronó los dedos, del otro hecho puño—. Tiempo sin verte…

Un golpe  de puño cerrado, certero en la mejilla, alcanzando la comisura de los labios y el pómulo superior.

ChangMin no pudo evitar dar unos pasos hacia atrás con el fin de mantener el equilibrio. Su cara ardía rojiza, no solo por el  fuerte golpe escociendo en su mejilla, también  por la vergüenza  que provocaba ser golpeado tan vulgarmente. No permitiría que tal atrevimiento quedara sin consecuencias. Se dirigió hacia el pelirrojo, empujándolo levemente con el hombro a JaeJoong quien hacia el intento por evitar la posible pelea.
A pesar de que ChangMin sabía que no le convenía  meterse en un lío ahora, correspondió con un fuerte golpe en el estómago. Eunjae aturdido, tosió un poco por el aire perdido, sin embargo se recuperó para atacar de nuevo.

Una pelea en la calle, exactamente eso veían los transeúntes, quienes se negaban a intervenir y los rodeaban. Sin embargo, se convirtió en una extraña pelea de adolescentes cuando ChangMin a horcadas de Eunjae comenzó a estirarle el cabello. En un movimiento extraño, logró golpear la nuca del mayor contra el concreto.

—Cobarde. ¿Dónde quedó tu entrenamiento en aikido?  —Le escupió Eunjae con una mueca de dolor.


JaeJoong, con un golpe en las costillas y un codazo en el ojo por intentar detenerlos, jalaba a ChangMin del cuello de su chaqueta, casi como si estuviera tratando de echar para atrás a un bulldog. Sin embargo, no tenía ni la más mínima idea de por qué ChangMin estaba enojado a tal punto de golpear una y otra vez a su hyung con los puños cerrados. Temeroso de que pudiese matarle, comenzó a empujar a ChangMin para que bajara del pelirrojo, pero sin mucho resultado.

Repentinamente un clic, muy familiar para ChangMin, hizo que este se detuviera en seco y rápidamente se pusiera de pie,  casi siendo un salto del piso; viendo justamente lo que temía al escuchar aquel sonido.

Una pequeña cámara digital, detrás de ella un paparazzi o reportero volvía a preparar el artefacto para fotografiarlos de nuevo. Un perfecto ángulo para fotografiarlos a mitad de la calle, teniendo una pelea a puño limpio -excepto por el moreno, que habia dado estirones e intentado picarle un ojo-
ChangMin no lo pensó dos veces, tomó la mano de JaeJoong mientras Eunjae estaba aún tirado en la acera intentando recuperarse, quitándose los cabellos enredados del rostro.

Sin embargo, ChangMin caminó tranquilo hasta su mesa como si no hubiese visto al sujeto de la cámara. Se escuchó otro click y justo antes del segundo, ChangMin ya había caminado rápidamente en dirección del hombre y  le había arrancado el condenado aparatito de las temblorosas manos sin decir una palabra. Después había corrido de regreso aun tomado de la mano de JaeJoong, quien confundido  se había dejado arrastrar durante toda la acción. Voltearon a la esquina de la calle del restaurante, perdiéndose, entre la multitud de Handong.

JaeJoong agradecía que ChangMin hubiese estacionado su auto en un lugar cercano.

Porque a decir verdad, no es como si su condición física fuera envidiable. Aunque aquel pequeño alivio duró solo un poco, al momento de recordar a Eunjae. ¿Qué le diría ahora? ¿Tendría que ir a buscarle?  Pero quizas… ¿Y si esto significaba que por fin se libraría de su celoso y controlador “novio”? Porque dudaba mucho que las cosas siguieran como antes después de esto.
Tal vez lo mejor sería no volver a verle para no terminar con una bala en su cabeza.

Pero aún estaba en problemas, uno tras otro. Era un día de problemas, su vida era tan solo un conjunto de ellos. JaeJoong cubrió su rostro con las dos manos, sin saber qué hacer, al mismo tiempo que soltaba un quejido adolorido.

—Parece que su pequeño plan de escapar no funcionó. —ChangMin  comentó—. Seguramente ustedes estaban planeando esto desde hace mucho.


JaeJoong descubrió su rostro, dándole aquella mirada ahora  exclusiva para ChangMin  de dónde rayos está la salud mental en ti.


—¿Por qué pones esa cara? Ahora lo veo claramente. —ChangMin conducía derecho, mientras que por el espejo retrovisor revisaba la hinchazón en su pómulo—. Tú y tu amigo tenían planeado robarme mi mochila desde el principio ¿verdad?  Conozco a ese chico, conozco a los de su tipo.

JaeJoong quiso saltar por la ventana del jaguar en movimiento, y tuvo que resistir el impulso de golpear su cabeza contra el vidrio hasta quedar inconsciente. Prefería creer que aquel muchacho era fan a las novelas policiacas y le gustara deducir cosas de la nada. Pero no lo creía posible, desafortunadamente.


—ChangMin-ssi. ¿Cuántas veces debería repetirlo? —Suspiró hondo—. Yo no me robe nada.

—¿No era él Jung EunJae?

—Eh… sí. — respondió JaeJoong con voz sorprendida— ¿… tú lo conoces…?

—Sí, bueno… no me extraña que haya terminado así. Pero me sorprende que lo volviera a ver.

— ¿De dónde lo conoces?  Ambos son muy diferentes y…

—Sólo es un perdedor. No es de importancia —murmuró ChangMin al interrumpirle. Dio vuelta en la segunda intersección hacia la carretera de la zona residencial—. Pero deberías alejarte de él.

*
*
*






—¿Y bien? — repitió JaeJoong por quinta vez.


—Qué más da. Es el único que te queda… eh… bien, supongo. — ChangMin desvió la vista, después de haber recorrido con lentitud de arriba abajo el traje que JaeJoong vestía.

Negro con una camisa blanca, mientras que él llevaba un traje parecido sólo que usaba en el cuello una corbata negra.

— ¿Entonces este? Vamos… estoy cansado— murmuró después de dar un pequeño bostezo. Y es que simplemente el mayor no tenía ni idea alguna como para saber qué tipo de traje debía usar o incluso cómo es que debería lucir en él.


—Pues ese… — respondió indiferente, poniéndose de pie.


JaeJoong sólo suspiro incomodo, hasta que sintió como ChangMin rodeaba su cuello por detrás. Prácticamente lo abrazaba, sintió el calor de aquel cuerpo de mayor estatura muy cerca.

¡Pero él no es de ese tipo!  Pensó sin siquiera reaccionar a moverse. Sólo sentía que su cara enrojecía.


—ChangMin… —Iba a decir, hasta que vio como unas manos delgadas y alargadas le anudaban una corbata color  rojo terracota. Inmediatamente ChangMin se alejó y se sentó en una de las orillas de la cama para colocarse los zapatos.

—Listo. —dijo el menor con una mueca en la cara. Se le notaba incomodo—. Oh, entonces vámonos. Tenemos que llegar antes que los demás.

— ¿Por?...

—Tengo que arreglar algunos asuntos antes de que inicie la fiesta.

 Al llegar al departamento ChangMin había ido directamente a la cocina y había sacado leche y galletas. JaeJoong también había comido mucho sin ni siquiera pedir la autorización del menor primero. Los dos en la sala mientras veían cualquier programa de variedades mientras devoraban paquete tras paquete de brownies y galletas de chocolate con nuez. JaeJoong no recuerda haber comido tanto y tan rico en toda su vida.

ChangMin salió de su habitación seguido por JaeJoong. Eran alrededor de las cinco de la tarde cuando por fin estaban ya listos. Entraron al carro y ambos suspiraron al mismo tiempo. ChangMin mientras encendía el motor le miraba extrañado, de forma fija.

—Eh…

— ¿Qué? ¿No me veo bien? — preguntó JaeJoong sin realmente importarle la respuesta. Sólo quería que la mirada achocolatada dejara de estar sobre él, que sin saber porque exactamente, hacía que se pusiera algo nervioso.

—No, no… nada —ChangMin dirigió su vista al frente  abruptamente, pestañeó un par de veces como si quisiera aclarar sus pensamientos. Aquellos en donde el chico a su lado le había parecido ser lindo.


—Un hombre NO es lindo. No-es-lindo.

**
*

JaeJoong despertó cuando el carro se detuvo y ChangMin estaba a punto de tocarle el hombro. Su cabello llevaba alrededor de veinte minutos presionando contra la ventana del coche, por lo que esa parte tenía mechones levantados. ChangMin mordió sus labios, reprimiendo una sonrisa  al verle. Un rostro adormilado de ojos perdidos, los graciosos mechones del cabello azabache, él sintió algo parecido a la ternura ante la imagen. Sin percatarse de eso y de que la mano que tenía sobre el hombro del mayor, la dirigía hacia su cabeza para peinarla un poco. La mirada negra y perdida del pelinegro le recordó a su cachorra Mandoggie.

Suavemente acomodó las puntas hacia abajo. JaeJoong no podría retroceder al toque porque para empezar ya estaba contra la ventana del Jaguar. Sintió cierta calidez en su rostro. Pero el toque del menor duró muy poco terminando con unas palmadas a la cabeza azabache; cómo si de una mascota se tratara. Unos toques al vidrio  hicieron que ambos dirigieran su vista a la ventana. Era Yoochun, qué le  sonreía a ChangMin.

—Alto ahí, ChangMini. ¿Ustedes se están entendiendo muy bien, verdad?  Pero deben controlarse —dijo divertido—.  La prensa está a punto de llegar a instalarse, no sería bueno que te vieran ahora.

El aludido puso los ojos en blanco, para finalmente bajar. En ese momento el chico del  ballet parking se acercaba a ellos y les pidió las llaves para estacionarlo.
Cuando JaeJoong salió del carro, no pudo reprimir una exclamación de asombro. El edificio era tan alto que si retrocedía un poco, la ilusión visual le haría creer que la enorme estructura podría caerle encima.

—Es el hotel Dream en  Seoul —Le explicó Yoochun mientras entraban en él—.  Pero es tan grande que tiene un salón de eventos sociales; donde será  el nuestro esta noche, un auditorio  y hasta un cine. Incluso para mí es algo costoso hospedarme aquí. Pero para nuestro ChangMin, no —dicho esto codeó el costado de ChangMin remarcando el doble sentido.

—Ni para tus padres por lo que veo. — comentó el menor de los dos.

 Habían entrado al salón, el cual era enorme con decenas de mesas con costosos arreglos en ellas. Una de las paredes, en realidad era una gigantesca ventana por donde se podía ver una piscina con luces por debajo del agua. Podría considerarse un efecto mágico, cómo si aquella alberca fuese un portal brillante. JaeJoong al ubicar la salida hacia ese lugar, supo que sería un evento aún más elegante de lo que creía pues también había otras mesas  afuera.

—ChangMin ¿Por qué también hay un...? ¿Es un escenario?

—Sí— respondió Yoochun en su lugar—.  ChangMin actuará en el esta noche, ¿no se lo dijiste, ChangMin?

—Bah. —Se encogió de hombros como respuesta.

— ¿Qué? ¿Cómo que vas a actuar? — JaeJoong le veía asombrado. ¿ChangMin? ¿Harían una obra de teatro o algo así?  ¿Cantaría?

Pero ChangMin no parecía del tipo artístico, en realidad parecía ser sólo un joven normal. A pesar de que JaeJoong sospechaba que ChangMin era todo menos normal, quizás un poquito inestable respecto a la comida y los golpes. El menor, sin embargo no contestó a la pregunta de JaeJoong, ignorándole hastiado.
JaeJoong infló las mejillas, en un puchero. En realidad no le afectaba que ese arrogante le tratará así, pero le sacaba de quicio ser ignorado. Torció los ojos y decidió  sólo mantenerse de espectador. Después de todo no le importaba nada que  no fuera encontrar lo que le había perdido el, ahora, chico misterioso. Es más, debería estar pensando en una forma de encontrar al tipo que se lo robó.


—Yoochun —Le llamó mientras entraban  por una de las puertas  al costado del  escenario—. ¿Aún no ha llegado, Yunho hyung?

— ¿Eh? —El celular de Yoochun timbró. Le mostró la pantalla a ChangMin—. Justo ahora está llamándome — Y contestó—.  Hey, amigo. ChangMini está conmigo ahora. ¿Dónde esas tú?  Deja eso, no necesitamos que la señorita Know venga, enserio. No puedes pedirme justo ahora que la agregue a la lista de invitados ahora. Debiste decírmelo antes, ya le dí el lugar al acompañante de ChangMin. ¡Yah! Tú mismo me dijiste que no irías con nadie.

—Necesitamos hacer la prueba de sonido —Le dijo ChangMin de manera inexpresiva.

Yoochun le pasó su celular: — Habla tú con él.

— ¿Yunho hyung? Vamos  a retrasarnos si no vienes justo ahora. Así que deja a BoA  y ven ahora mismo  —JaeJoong  tensó una sonrisa, ¿le decía hyung y luego le ordenaba hacer algo? —. Sabes que no te pueden ver con ella ahora que TVXQ! hace su regreso a un mes. Mi acompañante es un chico, así que  eso no es válido. ¡Hyung!... — ChangMin le regresó el celular a Yoochun. Su cara se tornaba sorprendida— ¡Me colgó!

—Fue BoA. Entre esa chica y su dongsaeng,  siento pena por él —Yoochun se encogió de hombros, después tomó la mano de JaeJoong tirando de ella—. Vamos, JaeJoongie. Busquemos una mesa y dejemos que estos dos  se las arreglen.

Al regresar al salón, los invitados ya estaban llegando. Vestidos elegantes y trajes costosos, podía verse que eran personas con mucho dinero. Incluso algunas de ellas mostraban esa mueca de superioridad que hacen los que son  asquerosamente ricos.


JaeJoong se vio reflejado en el vidrio de la ventana, pudo ver cómo le quedaba aquel traje negro, sin embargo  eso no fue lo que llamó su atención si no que realmente él mismo se distinguía de todos ellos de forma un poco ridícula.
Preguntándose qué rayos estaba haciendo aquí y porque no aprovechaba que estaba fuera de la vista de ChangMin para escapar, pues sólo se dejó guiar por Yoochun hacia una de las primeras mesas frente al pequeño escenario.

Al sentarse, JaeJoong no pudo evitar preguntarle a Yoochun: — ¿ChangMin, va cantar? Porque parecía que él iba cantar… — y sinceramente no lo podía imaginar.

—Debe hacerlo, yo se lo pedí.  Además este es un evento importante, TVXQ! debía estar aquí.

— ¿Quién es TVXQ? — preguntó JaeJoong, recibiendo del camarero una copa con un liquido dorado dentro.

—Yah, ¿eres extranjero? ¿Cómo no sabes quiénes son si es uno de los más famosos? ¡Son YunHo y ChangMin!

— ¿Es…un grupo idol? — No es que JaeJoong no supiera de esto, o estuviese incomunicado. Pero dos años atrás él ni siquiera sabía lo que era un elevador.  Además donde vivía no habían muchas cosas, no es como si no hubiese tenido educación,  pero tampoco sabía lo que suponía sabía la gente común de Seúl.

—Sí. Bueno, ha estado inactivo por dos años y medio ¡pero este noviembre hacen su comeback!

—Comeback… —Palabra en inglés, parecía porque no entendía qué quería decir con eso.

—Regresarán con nueva música. —Aclaró Yoochun al ver su cara de tonto—. ¿Realmente no los conocías? ¡Son conocidos en toda Asia!

—Em…lo lamento. No he tenido mucho tiempo libre. — JaeJoong dio un sorbo a la copa que sostenía en su mano.

—Al menos eso quiere decir que no te acercaste a ChangMin sólo por su fama. Eres un buen chico, JaeJoong.

—Si ChangMin es un artista… ¿por qué está estudiando en la universidad?

—Ah, solo vamos a hacer algunos trabajos. El estaba haciendo la Maestría de estudios literarios y musicales. La próxima semana termina y estará libre para hacer promoción a su álbum.

—Vaya, entonces ChangMin realmente es una persona muy importante — murmuró para sí mismo. Sintió un sudor frio en su nunca y al mismo tiempo hasta tragó saliva—. Y yo estoy en problemas con alguien así…

— ¿Así que cuídalo mucho, sí? No dejes que se sobre esfuerce —JaeJoong asintió, sin darse cuenta que Yoochun se refería a que lo cuidara cómo su pareja. El pelinegro le sonrió, dándole palmaditas en el hombro a JaeJoong—. Vamos, quita esa cara. ChangMin es una excelente persona, les veo mucho futuro a ustedes dos.

— ¿Qué? Escucha, nosotros no…

—Sí, sí. Así debes actuar frente a la prensa— Yoochun le guiñó un ojo—.  Ahora, esperemos a que estos dos finalmente salgan. Cantarán For You.  Es la primera vez que la interpretan.

JaeJoong suspiró dándose por vencido. Después de todo, no podría llegar a afectarle el que Yoochun pensara así. Este le dirigió una pequeña sonrisa antes de mirar hacia el pequeño escenario de lujo donde las luces finalmente eran encendidas.
Un señor de estatura promedio pero de buen porte, salía por este con el micrófono en la mano. Después de dar una pequeña reverencia, saludó a los invitados con una enorme sonrisa.

—Bien.  Cómo cada año, antes de la temporada navideña. Se lleva a cabo el evento de caridad internacional de Asia gracias  las familias más importantes de Corea y Japón. Todos hemos ayudado durante este año y finalmente el día de hoy se  dará las cantidades exactas a los respectivos representantes de las Asociaciones de caridad para las causas con mayor importancia. —El señor parecía, según lo que JaeJoong pudo inferir, el presentador de esta noche —. Abriremos la noche con el grupo más representativo de Asia. ¡Dong Bang Shin Ki! — Después de la ronda de aplausos, el maestro de ceremonias bajo del escenario.

Las luces cambiaron a un tenue azul con reflejos lilas. Los acordes de la canción comenzaron. Hasta que  una suave pero poderosa voz se escuchó en el recinto, otras pequeñas luces se encendieron y las que aparecieron primero se extinguieron.

ChangMin apareció por la puerta del lado derecho, mientras qué él que suponía era YunHo, por el lado izquierdo. Sus voces se complementaron mutuamente durante cada melodía. JaeJoong no podía apartar la vista de la figura esbelta de ChangMin frente a él. Su voz le embriagó por completo, al punto de olvidar donde se encontraba. Para él parecía que  el cantante estaba brillando.

—Su voz… es…perfecta…— JaeJoong ante ese pensamiento se sonrojó. La expresión en el rostro del menor era de concentración en la canción, expresando los sentimientos que esta misma intentaba trasmitir al público.

—Debe  ser YunHo…— murmuró para sí. Era un hombre realmente apuesto y su voz parecía hacerte sentir mejor. Pero simplemente no podía dejar  de observar a ChangMin hasta el punto en  qué los latidos que daba su corazón se aceleraron violentamente.

Algo que nunca había sentido, comenzó a invadir su interior, una extraña sensación en su estómago  realmente muy agradable. Podría decirse que se sentía conmovido por aquellas voces en vivo, sin embargo el calor en su rostro y los extraños deseos de que ChangMin le viese sólo a él no eran  para nada normales. La canción finalmente terminó y ellos con una reverencia agradecieron al público

—Esperamos que  disfruten esta noche. —La voz modulada de YunHo dijo amablemente. Escuchó suspirar  a las tres señoritas sentadas cerca de él.

ChangMin le sonrió al público antes de seguir a su compañero por la puerta izquierda. El corazón de JaeJoong dio un vuelco cuando vio esa sonrisa entre avergonzada y satisfecha. Llevó una mano a su pecho asombrado por su propia reacción.

— ¿Cupido acaba de flecharte una vez más? — Le susurró Yoochun, dándole un pequeño codazo.

Pero JaeJoong no contestó. Su vista esta fija a la puerta baja del escenario, esperando ver de nuevo a ChangMin.  En su interior, admitió que se sentía un poco ansioso de verlo cantar otra vez. Tal vez solo se estaba haciendo su fan o algo parecido, era completamente normal.

El MC subió de nuevo al escenario. Dando algunos nombres desconocidos para JaeJoong y otorgando pequeños reconocimientos.  JaeJoong sólo observaba las luces aún tenues del escenario, sin prestar realmente atención a la ceremonia. Su corazón latió normalmente de nuevo, sin embargo algo dentro de sí le hacía querer ver a ChangMin, escuchar de nuevo  la última nota alta que había dado.


—Eso estuvo bien, chicos. — Saludó la chica que estaba a su lado. Fijó su vista en las dos personas que tomaban asiento frente a ellos, completando así la mesa de seis.


ChangMin le  miraba atentamente. JaeJoong no pudo evitarlo y le sonrió, aún con el hechizo de esa voz sobre él. El pelinegro estaba a punto de comentar algo de su actuación cuando las otras dos chicas  robaron la atención del dúo con repetidas adulaciones.

—Vamos, no te pongas celoso, Jae. Quita esa cara. —le susurró bajo Yoochun al oído.  JaeJoong puso los ojos en blanco pero sin refutar, tan solo se mantuvo observando a ChangMin.

Aquel muchacho sonreía amable junto a YunHo, respondiendo de forma educada –y hasta un poco coqueta- a las dos atractivas chicas.

—Parece una persona completamente diferente— Pensó JaeJoong. Tomó  la copa que YooChun le ofrecía  y rápidamente la terminó, apurando así la siguiente, se estaba distrayendo.

 Recargó el codo sobre la mesa y la mejilla izquierda sobre su mano, tomó la copa de  una de las chicas distraídas en su interminable charla con los cantantes.
Recordó la primera vez que había visto a ChangMin, la tarde que había pasado junto a él, y el contacto de sus manos. Rozando su cuello para colocarle la corbata.
Quizás  era por el cantante de TVXQ, quizás porque estaba tomando muy rápido y  más de lo que acostumbraba, cualquier razón que fuera, poco a poco comenzó a sentir sus mejillas calientes.





JaeJoong observaba fijamente al cantante Shim ChangMin, y cuando ChangMin parecía notarlo, él fingía mirar el líquido dorado en la copa de cristal frente a él.

Habia cruzado sus brazos apoyándolos en la mesa, donde a su vez recargaba la  barbilla, logrando que sus mejillas se inflaran y sus labios se fruncieran. Infringía todas las reglas de etiqueta aquel comportamiento sin embargo a YooChun parecía divertirle aquel extraño gesto en forma de imperceptible mohín que hacia el pelinegro.
ChangMin reía con aquellas mujeres, que aun siendo jóvenes eran mayores que él, incluso que JaeJoong. Mientras que Yunho parecía prestarle más atención a su teléfono haciendo caras de frustración.

La señorita Hyorin le sonrió a ChangMin mientras se acercaba lentamente hacia él hasta tocar con sus dedos el cuello del atuendo del joven.

—Está coqueteando —susurró JaeJoong, alcanzando la copa que yacía frente él y la termino casi de un trago. ¡Woah! ¡La champaña sabía demasiado bien! ¡Como burbujas doradas!

—JaeJoong, creo que es suficiente — le dijo YooChun, cuidando que nadie más escuchara.

—¿De qué hablas?— le pregunto volteando al verle. Las negras pupilas dilatadas le hacían ver extrañamente encantador.

—¿No te sientes mareado?

—Quizas un poco... esto ¿Que era?— Jae apuntó a una de las copas ya vacías.

—Era, era todo… alcohol... ¿No sientes nada?—Preguntó Yoochun impresionado. JaeJoong había incluso mezclado varias bebidas alcohólicas.

—Feliz... supongo— le respondió, sonriendo levemente.

—Feliz...— repitió reprimiendo una carcajada.

—Sí Ya necesitaba un trago... muchos problemas. ¿Qué eran? Ya no los recuerdo...— Amplio su sonrisa—. ¿Dónde está el mesero?

Yoochun notó como poco a poco JaeJoong comenzaba a sonrojarse. Esta embriagándose... nop, ya lo hizo pensó. Debía hacer algo  rápido antes de que alguien más lo notara.

JiEun quien también platicaba con ChangMin se puso de pie.

—La siguiente presentación soy yo— le dijo, a lo cual el MC la anuncio inmediatamente después, como IU—. Va dedicada a ti, ChangMin oppa.

—Suerte— Le sonrió ChangMin como respuesta.

La otra chica mientras tanto miro a JaeJoong no sin fría curiosidad. Nunca lo habia visto antes por el medio y para que estuviese en la misma mesa que TVXQ! y el gran actor Park Yoochun debía ser alguien muy importante.

—¿Él viene contigo, Yoochun oppa?— Le preguntó educadamente.

—Eh, no. Viene con ChangMin — Dio unas palmaditas a Jae para llamar su atención, dándole a entender que tenía que saludar a la joven.

—Se ve un poco...— comenzó a decir, cuando JaeJoong inició una extraña conversación con el mesero.

—Sólo está jugando, creo—  JaeJoong había tomado la mano del hombre joven y estaba invitándolo a sentarse, sin embargo, ambos estaban riendo. Porque en realidad JaeJoong era un borracho adorable y gracioso, aunque ese  no fuera el lugar ni el momento para serlo.

Aquel pelinegro soltó una carcajada realmente fuerte, logrando captar la atención de ChangMin quien platicaba con la chica restante, incluso de Yunho y algunas mesas cercanas a las suyas. El pobre mesero enrojeció de la vergüenza a pesar de que no podía reprimir su sonrisa cubriéndola con la mano. Lentamente se puso de pie y tomó su pequeña bandeja de manos del mayor.

—JunSu-ssi... quédate, hmm… este lugar es muy aburrido —rogó JaeJoong, con ojos grandes y brillantes.

Él solo negó con la cabeza, palmeando la mano de Jae. Murmuró un hasta luego y continuó con su labor, era su primer día en este trabajo, no querría tener problemas.

—Bonito espectáculo estas armando. Están viéndote a ti antes que a IU en el escenario—  ChangMin habia cambiado de lugar con YunHo para quedar a su lado—. Por qué estas bebiendo tanto?

—Mi vida es un asco, ¿al menos debería tener ese derecho al alcohol, no?—  Murmuró JaeJoong,  sin rastro del buen humor anterior.

—Oh, ya veo. ¿Llegamos  a la parte de autocompasión?—. ChangMin se puso de pie y  bruscamente levantó a Jae de un tirón—. Ven aquí. ¿Puedes caminar? Apóyate en mí, pero no seas demasiado obvio.

ChangMin  le tomó discretamente por la cintura con un brazo, sosteniéndolo a pesar de la resistencia del mayor quien creía que estaba exagerando porque él podía caminar perfectamente aún. No permitió que JaeJoong pasara un brazo por su hombro. Lo dirigió al baño más cercano, que por suerte estaba vacío y sin pensarlo dos veces comenzó a quitarle el saco y a  desabrocharle la camisa blanca.

—¡Yah!  ¡¿Qué haces?!—exigió saber JaeJoong un tanto avergonzado, maniatando para apartar a ChangMin. Pero fue muy tarde, cuando se pudo dar cuenta, el menor ya le tenía bajo el chorro de agua apresando sus cabellos por la nuca para mantenerlo inclinado hacia abajo. JaeJoong incluso se golpeó contra el grifo, la temperatura estaba helada.

—¿Estás bien?— preguntó ChangMin preocupado, dejó de empujar la nuca de JaeJoong—. Al menos el golpe ayudará a que baje el alcohol…

—¡E-e-eres una bestia!— titiritaba abrazándose a sí mismo. Al parecer la borrachera habia bajado considerablemente.

—Sí, soy horrible…— ChangMin puso los ojos en blanco. Tomó una de las toallas para secarse las manos, después de todo era un hotel cinco estrellas. Se acercó al más bajo, y gracias a su estatura, procedió a secarle el cabello con facilidad—. Escucha… Hey…

—¿Qué?— siseó.

—Sé que esto es difícil. Para mí también lo es. ¡Era mi dinero!

—¡¿Otra vez con eso?! ¡Ya lo sé, ya lo sé!

ChangMin lo ignoró y continuó: —Lo usaría para algo importante…quiero una vida normal ahora, no quiero seguir con esto… qué… — Habia quitado  la toalla del cabello de JaeJoong. Su cara se contrajo pero no pudo más…—¡Pfffjajajajajajajajaja!

—¡Hey! ¿Qué es tan gracioso?— ChangMin se inclinó mientras aplaudía, no podía parar de reír.

Esa risa era contagiosa, JaeJoong esbozó una pequeña sonrisa aún sin entender, hasta que giró la cabeza y se vio a sí mismo en el espejo.

—¡Pareces un gato!— ChangMin  limpió las pequeñas lágrimas de su risa. JaeJoong frunció el ceño intentando peinar su cabello con los dedos.

Habían salido dos mechones hacia arriba, exactamente iguales a las orejas de un pequeño gato. —No es gracioso. ¡Fue apropósito! ¡Tú pequeño…!

—Ya, ya…— ChangMin se acercó al mayor, ayudando a acomodar su cabello cuidadosamente—. Es que te veías adorable— el otro chico se sorprendió e incluso se sonrojo fuertemente por lo dicho.

Hasta que ChangMin no pudo evitarlo y volvió a revolver sus cabellos con la mano.

—¡Ahora si fue intencional!— Exclamó entre risas, sin embargo, JaeJoong actuó y golpeó su hombro medianamente fuerte. —¡Hey!— le devolvió el golpe.

En cuestión de segundos habían comenzado una  infantil pelea de pequeños golpes y tirones de cabello.

El piso estaba mojado, ChangMin empujó a JaeJoong quien dio pasos hacia atrás de manera descuidada, las cosas salieron mal para el primero cuando jalaron de su corbata. Ambos cayeron al piso dolorosamente. Esta vez ChangMin arriba.

—Nngg... — El menor había intentado levantarse pero debido al resbaloso piso, habita caído de nuevo sobre él. No, no, no iba a abrir los ojos, no iba a mover sus labios que habían chocado dolorosamente con los opuestos. Sus dientes escocían  al impactar con los del menor y juraría que estaba sintiendo algo caliente en su boca. ¿Sangre?
Fue tan doloroso que no hizo amago de  apartarse por al menos un par de segundos, aturdido aún.

No pudo ser una escena más comprometedora.
No pudo ser más conveniente por quien llevaba una cámara y malas intenciones encima.

—Choikang ChangMin...

Quizas la mala suerte de JaeJoong, junto a la de ChangMin habia traído aquella desastrosa situación.

Pero era el reportero  de Dispatch quien estaba sin habla, más que por la impresión de encontrar a uno de los cantantes más famosos de Corea  besándose a-pa-sio-na-da-men-te  con otro hombre en uno de los eventos más importantes de caridad, era por la cantidad de dinero que podría conseguir con una nota como esta.

ChangMin se puso de pie mientras que Jae gateó hacia su camisa tirada en el piso—. ¡No es lo que parece! ¡Lo juro! , puedo explicarlo.

—No creo que haya mucho que explicar…—  mostró la cámara profesional que tenía colgando del cuello.

Hizo una mueca, era cierto. ¿Qué podía decir? ¿Qué estaban jugando, que estaban peleando? La verdad es que no lo sabía exactamente. Y él conocía a ese reportero, cual piraña hambrienta en un rio desierto esperando una gota de sangre para enloquecer.

—Un  único pago. ¿Cuánto quiere?— siseó.  En realidad, le valía una mierda su reputación. Pero él era parte de TVXQ, no podría soportar si la carrera de YunHo también era afectada por su culpa.

Él, que  estaba a punto de graduarse,  si pudiera cobrar su herencia inmediatamente, él hubiese dejado TVXQ después del comeback para irse a Japón, vivir una vida normal y feliz junto a su amor de la infancia quien vivía allá.

Pero YunHo… él pertenecía a este mundo, había nacido para estar en un escenario…y ChangMin sabía que él no debía ser tan egoísta como para arruinar eso.

—Cincuenta grandes y no escribiré ni una palabra ni una foto— respondió el hombre cínicamente. ChangMin casi le arroja el cheque firmado a la cara.

—No vaya a creer que extorsionarme por esto de nuevo.

Tomó la mano de JaeJoong, quien al menos vestía la camisa decentemente ahora.

—¿Qué..? ¿Qué sucede?— preguntó el mayor mientras era conducido por la mano del otro chico a través de las mesas.

—Creo que estamos en problemas. Debemos irnos, YooChun entenderá… necesito hacer algunas llamadas.




*
*

Al llegar al departamento de ChangMin, este rápidamente encendió la televisión en las noticias, e incluso abrió la página del sitio web.

—Es hombre muerto si se atreve a publicar algo— siseó ChangMin.

 Dejó su computadora sobre la mesa de la sala, y decididamente tomó asiento en el sofá con la mirada fija en la televisión. Pasaron exactamente dos horas  después de eso. JaeJoong se había sentado a un lado de ChangMin, esperando junto a él, había quedado dormido.  Eran las once de la noche. Estaba soñando con tomates cuando unas voces empezaron a despertarlo.

—Si quisiera ya lo hubiera hecho… —Murmuraban—. Ellos también publican sus artículos en la madrugada. Podría incluso agregar a su nota que yo le dí dinero a cambio de su silencio.— Estaba a punto de contestarle cuando se dio cuenta que ChangMin en realidad hablaba al teléfono.

—¡Hyunjae hyung! No, todo menos eso… no todas las fans preferirían eso ¿Qué clase de opción es esa?… habla con LeeYong antes… ofrece más dinero y que te dé todas las fotos si es que se atrevió a copiarla. Vale, esperaré. ¡Pero esto es serio! ¿De qué te  estas riendo, ah? Colgó,  y suspiró recargando su cabeza   hacia atrás en el sillón. ChangMin masajeó su frente intentado desaparecer la pequeña arruga de preocupación.

—¿ChangMin?— preguntó algo impaciente. Le dolía la cabeza…

—No me fio de él. Actué sin pensar, quisiera haberle arrebatado la cámara pero estaba en un evento importante y LeeYong pudo hacer hecho un escándalo.

ChangMin se quitó lo zapatos y la corbata—. Siento mi cabeza a punto de explotar—exclamó, se recostó a lo ancho del sofá sin importarle que Jae quedara en una esquina al ser empujado por esas largas piernas.

JaeJoong mordió levemente su labio inferior. Se sentía realmente culpable, si él no hubiera  estado tomando tanto, en primer lugar ChangMin no  lo hubiese arrastrado al baño y lo peor es que el cantante no se lo había reprochado.

—Esto realmente puede ser malo.

—Y ni siquiera pude cenar— ChangMin se revolvió en el sofá quedando boca abajo.

—¿Hay algo que pueda hacer por ti?— Se puso de pie, y al acercarse al menor, palmeó suavemente su espalda.

—Tengo hambre…— Murmuró contra uno de los cojines.

—Entonces te cocinaré algo… — Asintió JaeJoong, y fue a lo que creía debía ser la cocina.

Y más que eso, parecía ser el cielo. Azulejos claros y brillantes, hermosos maderas caobas. Una  lujosa y sofisticada cocina con un moderno refrigerador plateado y una estufa eléctrica.  Aquello inspiró a JaeJoong a cocinar lo que había aprendido de los restaurantes donde había trabajado de ayudante de cocina y lavaplatos.

*
*
—¿Y bien?

—Eh…— ChangMin dio otro par de apresurados sorbos. Con un movimiento avergonzado limpió la humedad en sus ojos.

—ChangMin…—Se sorprendió—. Hey, no llores…

—Es que…— carraspeó un poco cuando su voz  se escuchó emocionada. —Hace mucho tiempo que no probaba comida hecha en casa. No  tan está mal…

—¿Tan mal? El pajeon en tu plato es el fruto de años de práctica y preparación. Es casi perfecto —Jae asintió a sus propias palabras—. Y ni siquiera has probado mi sopa de kimchi aún.

—Tienes razón. Es delicioso —respondió abrupta pero sinceramente el menor, sin decir una palabra más, pues ahora comía un tanto ansioso.

JaeJoong hizo el signo de —V— con la mano izquierda para después tomar una cuchara y comer en silencio. Tres minutos después, ChangMin ya habia terminado su ración y caminaba a la cocina por más.

—Por cierto…— comenzó a decir a la vez que se sentaba en  su  silla al lado de Jae. —  ¿Dónde se supone que vas a dormir?

—Eso deberías saberlo tú— Jae  se dio por satisfecho tocando su  estómago lleno.

—Puedes dormir en mi habitación, la sala está bien para mí —ChangMin le sonrió de forma extraña antes de seguir comiendo—. Ve y busca algo que te quede para dormir.

*
*
La sorpresa de JaeJoong fue grande cuando descubrió una enorme habitación, con muebles caros y una mullida cama de edredones suaves forrados de tela de seda color negro. Pero  realmente su asombro se debía más al desorden del cuarto, en comparación a la deslumbrante limpieza y obsesivo orden del resto de la casa…
Había tanta ropa tirada que no se podría saber cual estaba sucia y cual limpia. Envolturas de dulces y barritas energéticas por los antes mencionados muebles. El espejo de cuerpo completo de marco dorado estaba lleno de polvo.

Ni siquiera se atrevió a entrar, dio media vuelta y se dirigió a ChangMin, estaba a punto de vociferar maldiciones. ¿Se estaba burlando de él? ¿Creía que por ser un mortal no famoso,  podría dormir aquí?  ¡Esto era discriminación!
Pero el menor ya estaba envuelto en una frazada en el sillón más grande de la sala. Se veía tan pacifico, que incluso JaeJoong aún estando enojado sintió remordimiento de despertarlo. Se acercó y aparto un par de mechones que caían sobre la frente de ChangMin, JaeJoong sintió  con aquel toque cierta calidez,  que retiro su mano rápidamente.

Echó un vistazo al resto de la casa, todo estaba reluciente ni una sola cosa fuera de lugar. ¿Y entonces que sucedía con lo que se supone era la habitación echa un desastre? Suspiró resignado después de concluir que la cama de la habitación de ChangMin, a pesar de todo, sería más cómoda que el sillón individual libre. Al llegar, decidió que al menos, recoger las envolturas de comida sería bueno para empezar. Porque sí, JaeJoong estaba dispuesto a limpiarla para poder dormir. A pesar de que la casa de Eunjae estaba en malas condiciones, JaeJoong realmente valoraba el tener un lugar donde dormir. Por lo que él siempre la habia mantenido en un perfecto orden, que incluso llegaba a ser acogedora. Y estar en un lugar limpio, se le había echo un habito irrevocable. Tomó toda la ropa (las cuales eran realmente caras)  en el suelo.  Fue un gran montón al cargar cuando las llevó a la lavandería. Sacudió los muebles y cambió las sabanas de la cama por unas limpias del armario. Cuando la habitación llegó a estar soportablemente limpia para él, fue a uno de los cajones a un lado de la enorme cama para buscar algo más cómodo. Abrió el primero donde estaba las partes de arriba de las pijamas, sacó una delgada de color blanco. Aunque le quedaba  tan larga hasta cubrir sus muslos decidió usarla. Se quitó los pantalones doblándolos cuidadosamente.

Abrió el segundo cajón y  JaeJoong quiso golpear a ese chiquillo desordenado.  ¿También había ropa sucia ahí? Sacó el pantalón que incluso aún llevaba el cinto entre las presillas, usando solo las puntas de sus dos dedos algo asqueado. Un ruido sordo.

Una pequeña cigarrera, donde se supone se guarda los pasaportes y las credenciales para viajar. JaeJoong la abrió un tanto curioso, imaginando que ChangMin habría llegado del aeropuerto y simplemente haya dejado los pantalones donde sea.

—Esto es… ¿eh?...


—Shim ChangMin …10, 000,000.  Mdd (Diez millones)


No entendía mucho de chequeras, no sabía como debía lucir una , pero eso parecía ser  aquella cosa que se suponía había perdido  por el que todo el día había estado preocupado, por el que  ChangMin le había amenazado de muerte.
*
*

Tocaban el timbre. ChangMin hizo una mueca y cubrió su cabeza con uno de los cojines del sofá.

—No puede ser… estoy  cansado…

Insistieron de nuevo. ChangMin pataleó antes de ponerse de pie a grandes zancadas cruzó la sala hasta llegar al recibidor. Abrió la puerta después de ver quien era por una de las ventanas.

—Hyung… — ChangMin rascó su cabeza, bostezando preguntó: —¿Qué haces aquí?, casi es la una de la madrugada.—

—¡Era un video!, estamos en problemas. La agencia en cualquier momento lo verá. Estoy intentado por todos los medios que no se difunda por televisión, pero todos están persiguiendo esta noticia— El manager de ChangMin se dejó caer en el sillón. —Es nuestro fin…

—Espera, espera ¿Qué video?—  Preguntó despertándose completamente.

—Dispatch no escribió un pie de página de él o una fotografía. Solo subió un video de ti y un chico… ¡ChangMin-ah, no les fotografiaron! ¡Es un video de diez segundos!

—Voy a romperle la cara— La respiración de ChangMin era rápida debido al coraje y la preocupación, sus manos comenzaron a temblar. Estaba a punto de entrar en crisis, pero debía hacer la pregunta…debía haber una solución—. Hyung… ¿Qué podemos hacer?

—¿Yo? Voy a renunciar, ChangMin. Mi carrera también puede resultar dañada. —Exageranción, era la palabra para describir aquella conversación.

—¿¡Qué?! ¡No es para tanto!

—¿Ah, no?—El hombre sacó de su bolsillo una mini tablet, la tocó un poco y se la mostró al menor.

—Oh, dios… lucimos…—Incluso a pesar de la situación, ChangMin se sonrojó violentamente.  Se  veía el perfil inconfundible de Changmin y con los ojos cerrados estaba JaeJoong, como si estuviera disfrutando al estar besándolo, las respiraciones de ambos entrecortadas y jadeantes, un quejido entre ellos, pero precisamente era por el golpe de aquella colisión. No por calientes hormonas, ¡no!
El joven cantante sólo quería desparecer.

1 comentario:

Laura Campos García dijo...

Jajaja... todo por estar jugando, hay Minenquelios te metes y lo peor o bueno es que no se te perdio nada, lo dejaste guardado.

Gracias