martes, 29 de octubre de 2013

"Cobarde"

Heeeeeeeeeeeello, Romi al mando (otra vez(?)). 
Vengo con una cosita que escribí hace mucho tiempo. ¿Harán dos años? ¿Más que eso? La tema es que este cosito es especial, porque fue uno de los primeros ffs  jaemin/minjae que escribí;; Tiene todo mi esfuerzo de este tiempo. Está en Lala, tal vez alguna lo leyó por ahí, en uuuuna de esas. Es mío, no se asusten(?). 

¡Ya, ya, ya! No las sigo entreteniendo y las dejo leer. 
P.D.: Es ñoñito, así como todo lo que escribo<3  


Cobarde

jueves, 17 de octubre de 2013

Madness,


Prólogo.


En realidad la ciudad de Seoul, es bella por las luces de  los edificios más que por las estrellas o la luna pero yo esta vez sólo quería encontrar un sitio tranquilo en donde  ver estas luces muertas de gases de helio e hidrogeno  que están  cómo a cientos de años luz de mí.

Hay un acantilado, cuesta arriba del rio Han donde puedes sólo estacionarte  y ser cubierto por un árbol para volverte invisible.  
Cómo este sitio era  algo desconocido no había contenciones que te impídanse acercarte un metro más y morir  por caer desde la gran altura.  Iría a ahí por el resto de la noche. Sonaba a una buena idea, pero antes paré en una cafetería, la única que parecía estar abierta y cubriéndome mejor con el gorro de lana, entré.

La campanita sonó junto con  un recibimiento agradable por parte de la dependiente. El interior era cálido, con luces tenues y este olor a azúcar glaseada, vainilla, café y chocolate que me hace amar este tipo de lugares

Caminé con las manos dentro de mis pantalones recortados hacía la caja mientras observaba directamente el menú de verde  en  la pared. Entonces me detuve cuando alguien sostuvo la manga de mi suéter.

 “Changmin- ah.” 

Ladeé mi rostro porque esa era la voz y esa era su sonrisa y esos eran sus malditos ojos que han sido mi perdición más veces de las que quisiera considerar.  Yo no quería verlos, pero Jaejoong ya estaba  ahí con los brazos hacía mí a punto de abrazarme.  No pude moverme en cuanto sentí la calidez de su cuerpo nuevamente contra el mío.  Su cabello contra mis pómulos  y el perfume, lluvia y cigarrillo  que instantáneamente me hizo recordar aquel día.  Me deshice de ese agarre de la forma más rápida y amable posible.

Jaejoong continuó con su sonrisa aturdidora sin darse cuenta,  sus ojos en media luna sólo me observaban a mí.

“¿Cómo has estado?”  Su mano seguía en mi muñeca, y eso estaba bloqueando en serio la interacción con mis neuronas.

“Bien, sí. Aunque ahora…” Mordí mis labios. “Um, debo irme. Llevo algo de prisa.”

“Claro. No olvides ordenar tu moca de caramelo.” Se encogió de hombros.  Su mirada había bajado a sus pies mientras apartaba su mano. Yo suspiré y asentí.

Él sacó su celular del  bolsillo cuando  recibió la llamada,  y yo aproveché esto para avanzar a la caja y pedir, en efecto, el moca. Jaejoong estaba espaldas a mí y yo podía sentir sus ojos atravesándome mientras hablaba con alguien más.

Al recibí mi orden, un par de minutos después, las campanillas de la puerta se escucharon. Me dí la vuelta con una parte de mí queriendo qué Jaejoong aún estuviera esperándome afuera y entonces, sí, ahí. Recargado contra su coche, tecleando hábilmente algo en su móvil con una mano  y la punta de la lengua entre sus labios.  Con la derecha sostenía su americano,  sus dedos índice y anular sostenían un cigarrillo ya encendido.

Mis pasos hacia la salida fueron pesados, al igual que la sensación brumosa en mi pecho. Pero no dolía. Era como si me hipnotizara de nuevo la simple imagen de  todo él. Su figura, la silueta del humo de cigarro contra sus dedos, el brillo de su cabello rubio hacía atrás. Incluso sus ojeras, y la palidez de su rostro me atraían.  

Me acerqué, él levantó la mirada directamente hacía mi y sentí como los ojos se me nublaban y olvidaba absolutamente todo el enloquecedor daño que Jaejoong siempre me hacía.

"Hyung..."

“¿Éstas libre, pequeño?”  Sonrió, me veía cómo si yo fuera el principio de todo, cuando era precisamente él quien terminaba conmigo siempre.

Y después de eso yo tendría que tomar mi tiempo para recuperarme sanar y volver a extrañarlo. Entonces el regresaría por su dongsaeng, el circulo vicioso era así. Yo lo había aceptado esa noche del 2011 y esta noche también lo aceptaba.