Cap. 3: Un par de verdades y pensamientos.
Mientras Changmin iba en busca de la
consola para comenzar a jugar de una vez el juego que su hyung había llevado
hasta su casa, Jaejoong no pudo dejar de pensar en lo que su dongsaeng le había
confesado hace tan solo unos pocos minutos atrás.
“O sea, no está mal que sea de esa
forma, pero… se ve tan masculino que es extraño creerlo. Sí, tiene actitudes
infantiles, pero… ¡¿Y qué hago yo cuestionando su sexualidad?! Deberían tenerme
vetado el hecho de pensar, así podría tener excusas al momento de hablar. Pero,
de hecho ya las tengo, porque todos dicen que hablo antes de pensar. Yo no creo
que eso sea verdad. ¿Por qué siempre dicen esas cosas de mí? La que más lo dice
es mi madre, cuando ella debería protegerme de todos esos entes que se hacen
llamar mis hermanas.
¿Y por qué pasé a mí si estaba pensando
en Changmin? Lo que más sorprende es cómo lo han tomado sus padres. Recuerdo
que un compañero del liceo, cuando les contó sobre su condición sexual a sus
padres, estos lo matricularon de inmediato en otro colegio, y eso que ya
llevábamos más de medio año de clases.
Cómo sea, debo dejar de darle tanta
vuelta. Pero sigue sorprendiéndome. Changmin es de las personas que tienen un
encanto natural, que roba suspiros (los he escuchado) y podría darse el lujo de
estar con quién quisiese. ¿Será así con los hombres…?
Quiero indagar…”
—Hyung, sinceramente, creo que sería
buena idea que me prestaras un poco más de atención, ¿sabes?, sobre todo cuando
estoy hablando.
Al momento de salir de sus pensamientos,
Jaejoong estaba sentado muy a la orilla de la cama de Changmin y este estaba en
cuclillas frente a él, mirándolo mientras sus antebrazos se apoyaban en sus
propias rodillas. La diestra de Changmin, con el índice de la misma, dio un
toque sobre la frente de Jaejoong a modo de juego, uno que produjo que el mayor
riera y diera un golpe en el hombro izquierdo del más alto.
—Creo que he descubierto la forma de
llamar tu atención cuando te has perdido en tus propios pensamientos, hyung —Changmin se puso de pie para terminar de instalar la consola al televisor.
Antes de acuclillarse frente al mayor,
el más alto había comenzado a comentarle un par de cosas sobre sí mismo, como
que gustaba de videojuegos (aunque eso el otro ya lo sabía), de algunas sagas
de películas y, así mismo, de libros; sin embargo, cuando llegó la parte en donde
se le preguntaba a la parte contraria, Changmin no recibió respuesta. Su “¿y
tú, hyung?” quedó al aire y nadie había hecho un esfuerzo en responder. No le
había molestado, pero necesitaba de una respuesta a tal acción.
—Lo siento, es una mala manía que tengo.
¿Me estabas preguntando algo? —Jaejoong habló mientras se sacaba las zapatillas
y comenzaba a desabrochar su pantalón, en otras palabras, disponiéndose a
ponerse pijama.
—Nada muy importante, solo un par de
cosas que podemos hablarlo en otra ocasión —seguido de sus palabras, se
encogió de hombros, dando la espalda al mayor. Al segundo siguiente se sentó a
lo indio frente al televisor, dando la espalda al mayor, para prender la
consola.
— ¡Yah, Changmin! No me puedes dejar con
esa duda.
— ¿Estoy escuchando un desafío? Tengo
que decirte, hyung, que me atraen los desafíos.
Jaejoong no supo cómo reaccionar ante
ello, porque tales palabras no había llegado solas, sino que una mirada de
reojo del otro les hizo compañía. El mayor mordió sus labios y su mirada se
entretuvo en el borde del pantalón corto del pijama mientras sus dígitos
pasaban por este.
— ¿En serio me vas a dejar con la duda?
—Jaejoong alzó su vista para encontrarse con la espalda del otro. Dejó ir un
bufido de frustración ante el hecho.
Changmin, poco después de escucharlo, de
prender el televisor junto con la consola y dejarlo en el filtro del juego, se
puso de pie con lentitud para mirar a su compañero de habitación por aquella
noche. Se permitió reír a la par que miraba el techo del cuarto; poco después
volvió a mirar al otro.
—Hagamos un trato, hyung, yo te digo qué
te estaba diciendo mientras estabas perdido entre tus pensamientos, si me dices
a qué le haces tú —Jaejoong frunció el entrecejo al no saber descifrar en
primera instancia las palabras de Changmin. Sin embargo, cuando las ideas
comenzaron a acomodarse cuales engranajes, el mayor abrió la boca para dejar ir
unas palabras que jamás tuvieron la valentía de ser libres. Changmin no dijo
nada al respecto.
Jaejoong comenzó a sacarse el suéter y
la camisata que traía consigo y se puso la parte superior del pijama. Todavía no
hablaba y su mirada, de vez en vez, se posaba en Changmin como si allí hallará
las palabras correctas para expresarse.
—Me gustan las
personas. No me importa si es hombre o mujer, simplemente me
gustan sus actitudes. No te voy a decir que el físico no me interesa,
porque sería una mentira muy grande —Caminó en dirección al menor hasta quedar frente a él. Fue
en ese momento en que le miró directo a los ojos—. A mí me interesaría más
tener una conversación contigo a que anduvieras de exhibicionista frente a mí —Changmin se permitió sonreír, pues lo que el mayor le estaba diciendo
resultaba algo demasiado curioso para él, cuando siempre se había topado con
gente que más miraba su físico a cómo era realmente.
—Entonces… ¿No pasaría nada si en este
momento ando sin camiseta? —No fue más que un tono juguetón que hizo que
Jaejoong moviera su diestra de inmediato hasta el pecho del más alto. Sonrió de
medio lado a la par que su cabeza se inclinaba hacia la derecha.
—No sabría responderte con exactitud,
pero tal vez influya en el hecho de que me pudieras llegar a gustar. Tal vez,
tal vez.
—Wuoh, eres osado, hyung, hablando de
gustar solo cuando nos hemos visto dos veces.
Jaejoong rió, cubriendo su boca con el
dorso de su mano izquierda. Retrocedió tantos pasos fueron suficientes para
volverse a sentar en la cama del dueño de casa.
—Pensé que tenías dudas sobre eso.
—Solo pregunté si eran hombres o mujeres
quienes te atraían, tú has nombrado lo otro, no pongas palabras en mi boca,
hyung —Changmin negó un par de veces con
su cabeza. Al mismo tiempo tomó su pijama y se dirigió hasta la puerta
de la habitación—. Voy a ir a cambiarme al baño, no vaya a ser que te guste.
— ¡Ya deja de burlarte! —Al segundo de
ser cerrada la puerta la almohada que Jaejoong había tirado hacia el menor
cuando este había hablado chocó contra ella. El mayor en su posición suspiró y
se movió. Sus manos sujetaban con fuerza las sábanas que se encontraban bajo
ellas.
Si fueron segundos o minutos los que
Changmin se demoró en cambiarse y en entrar de nuevo a la habitación, fue algo
que Jaejoong no notó, pues estaba más al pendiente de ver el comienzo del
videojuego que ya estaba puesto. Changmin, al ingresar, carraspeó con
exageración para que el otro le mirara de nuevo, cosa que fue lo que sucedió.
—De esta forma ya no puedo conquistarte,
¿verdad? —Jaejoong ignoró por completo las palabras del recién llegado y se
sentó en el suelo de la habitación, a una distancia bastante prudente del
televisor. — ¿Me vas a ignorar?
—No te estoy ignorando, solo no te voy a
responder cosas que no tienen sentido —Por mucho que Jaejoong trató de que su
tono de voz se viera reflejada la ‘indignación’ por ser molestado hasta ese
punto, no lo logró. Su risa brotó antes de que el otro siquiera contestara ante
sus palabras—. ¿Por qué no mejor te sientas aquí a mi lado y probamos este
juego? Tuve que hacer un gran esfuerzo para no comenzar solo.
El entrecejo de Changmin se mantuvo
fruncido todo el tiempo que demoró en sentarse, que no fueron más de cinco
segundos: —Está bien. ¿Es como el volumen anterior, verdad?
—Así es, así es. La diferencia es que
trae más accesorios al momento de las batallas, pero sigue siendo básicamente
lo mismo. Ni siquiera los mandos cambian, aaaaunque no te voy a decir qué hace
cada uno, eso debes averiguarlo por ti mismo.
—De todas formas no te iba a preguntar.
Veamos qué tan bueno eres, hyung.
—Te puedes sorprender. Aunque no lo
parezca, soy bueno en estas cosas.
Fue desafío sin palabras claras, uno que
ambos se tomaron en serio. El juego comenzó a correr, el sonido del mismo no
hizo tregua a los gritos provenientes de ambos cuando un golpe era dado al otro
jugador. Uno que otro golpe se vio presente y eso que simplemente se trataba de
la primera batalla. De vez en vez reían, pero eso acababa tan pronto un nuevo
ataque era lanzado.
¿Cuánto tiempo estuvieron jugando? Fue
un misterio para ambos. ¿Cuántas batallas ganadas o perdidas? El juego se
estaba encargando de anotar las historias y derrotar de cada jugador.
Cada victoria de uno era sinónimo de
golpe al mismo. El primer jugador (Jaejoong) hasta ese momento en que quisieron
dar un alto, a eso de las cuatro de la madrugada, llevaba una delantera de seis
victorias, razón por la que el segundo (Changmin) estaba haciendo lo posible
para que esa ventaja se viera disminuida.
Las cinco de la mañana y ninguno se daba
juicio. Changmin solo estaba a dos victorias de alcanzar al otro y este, lejos
de alterarse, estaba demasiado calmo para gusto del menor.
— ¿Te estás burlando de mí? —Hablar, se
dijo Changmin, no había sido una buena idea: había tenido un pequeño despiste
al mirar de reojo al otro, momento que este aprovechó para dar por finalizada a
esa nueva ronda. Jaejoong ya llevaba tres victorias adelantadas.
—No, solo estoy disfrutando de estas
victorias tan fáciles que me das.
— ¿Sabes que esto es injusto? Hoy acabo
de jugar por primera vez esto.
— ¿No se te ha ocurrido ver las
combinaciones? Eliges un personaje con los mejores poderes.
— ¿Traen las combinaciones? —preguntó el
menor con incredulidad.
— ¿En qué época de videojuegos te
quedaste? Creí que no las habías visto, porque te querías hacer el ‘sabelotodo’
—Jaejoong negó un par de veces con su cabeza antes de ponerse de pie—. ¿Dónde
está el baño? Mientras voy puedes mirar los ataques de tu personaje.
—La puerta siguiente a la habitación de
mi hermana —fueron las palabras que Changmin dejó ir poco después de asentir
ante las palabras del otro.
Cuando en la pantalla aparecieron todas
las combinaciones para realizar todos los ataques de su personaje, su cabeza
fue a dar con poca suavidad al mando de la consola. ¿Cómo no se había dado
cuenta? Podía, perfectamente, revertir la situación a su favor.
Jaejoong llegó pasado cinco minutos;
venía arrastrando los pies y refregándose los ojos; en su frente quedaban
restos de gotas de agua. Changmin dedujo que se había mojado la cara.
— ¿Tienes sueño? Porque de ser así
podemos dejar este juego hasta aquí y continuar… otro día —se trataba de una
invitación futura, pero con otras palabras. Jaejoong sonrió ante ello.
—Creo que puedo soportar un par de
rondas más. Quiero ver si te sirvió de algo ver ese anexo.
—Já, ya verás que sí.
No necesitaron más palabras, antes de
que dieran cuenta ya estaban jugando nuevamente. Los diálogos se vieron
reemplazados por quejas, golpes y miradas de molestia, esta vez por parte de
ambos jugadores. Pronto quedaron empate. Decidieron que aquella última ronda
era la definitiva. Ninguno estaba dispuesto a perder: se había vuelto algo
personal. El juego se dio por terminado antes de que lo notaran, antes siquiera
de que hicieran el ademán de detener los movimientos en el mando.
El nombre del jugador ganador apareció
en la pantalla.
Jaejoong levantó los brazos victorioso,
Changmin echó la cabeza hacia atrás.
—Por un momento creí que me ibas a
ganar, Changminnie~ —un verdadero llamado de burla y un medio abrazo de Jaejoong
al otro había sido el detonante para que
Changmin mirara hacia otra dirección, con un gesto de molestia—. Vaaamos, es
solo un juego. Ya lo tendrás más tiempo y podrás ganarme en muchas más
partidas.
—Pero una próxima vez no va a hacer lo
mismo que hoy.
—Wuoh, esto me sorprende mucho —confesó
Jaejoong al segundo de soltar a Changmin y este hacía lo necesario para apagar
la consola y el televisor.
— ¿Qué es lo que te sorprende?
—Tu actitud. No pareces del tipo
caprichoso, es solo eso —Jaejoong se tomó la libertad de recostarse en la cama
de Changmin a la vez que hablaba. Estiró piernas y brazos antes de mirar en
dirección al otro—. ¿Orilla o rincón?
Changmin apreció meditarlo unos
segundos. Una mueca en su rostro y pronto sus manos hicieron gestos para que el
mayor se moviera: —Tú al rincón, me desespero si me hallo encerrado.
—Es impresionante cómo uno conoce cosas
de otra persona en una sola noche.
—Deberías dejar de sorprenderte tanto,
hyung, créeme que no es la gran cosa.
—Ya va, ya va. —Esa noche hacía frío;
Jaejoong lo agradeció, así la presencia de otra persona en la cama no sería tan
incómoda, sino más bien necesaria. —Creo que… buenos días, Changmin.
El menor se había acomodado en la cama
dándole la espalda al mayor; este en cambio hizo todo lo contrario. Sin
embargo, eso no fue suficiente como para que no obtuviera respuesta del menor:
—Buenos días, hyung, espero duermas bien.
Seguir aquella conversación no tenía
sentido, mucho menos cuando Jaejoong comenzó a sentir los párpados pesados y
Morfeo estaba a la espera de que cayera profundamente dormido. Con uno de sus
brazos fuera de las mantas y el otro bajo su cabeza, dijo adiós al mundo real y
el de los sueños le dio la bienvenida.
•
•
•
Si había dormido sus ocho horas de sueño
(o tal vez algunas menos) fue una cosa que Jaejoong no tomó en cuenta al abrir
los ojos y notar un peso extra en la zona de su estómago. Con la mano que no
estaba tapada refregó sus ojos para aclarar su vista y, así mismo, observar que
era eso que tenía encima. Quedó bastante desconcertado cuando se dio cuenta que
era un brazo, el brazo de Changmin para ser más exacto. Una mueca de duda se
apoderó de su rostro, después de todo él se había mantenido en su puesto, había
sido Changmin quién había invadido “su metro cuadrado”. Se removió tratando de
zafarse del agarre. Se encontraba bastante despierto. ¿Y si el otro cuando
despertara le reclamaba? Urgh, estaba en dilemas mentales.
Un quejido de Changmin y el agarre más
fuerte del brazo en su cintura le hicieron desistir de cualquier futuro
movimiento.
—Yah, eres inquieto, solo… no te muevas.
Bien, eso tampoco lo esperaba. Changmin
había balbuceado aquellas palabras, ni siquiera se había tomado la molestia de
abrir los ojos. Jaejoong suspiró, derrotado; estaba de manos atadas, tampoco
era su intención perturbar el sueño del otro. Y hubiese continuado de la misma
forma si unos leves toques en la puerta, acompañados con un «Dejen de dormir y
bajen a comer algo» de la madre de Changmin, no le hubiesen hecho sobresaltarse
y, por consiguiente, que el menor se despertara completamente.
— ¿Tanto le costaba esperar 10 minutos
más? ¿Tanto? Aún tengo sueño —al contrario de sus palabras, que daban la
impresión de que no se iba a levantar, sacó su brazo de la cintura del mayor y
se puso de pie; poco después ya estaba saliendo por la puerta de la habitación.
—Buenos días, dongsaeng, yo también
dormí súper bien —Jaejoong suspiró. Conociéndose no demoraría más de cinco
minutos en vestirse, así que fue eso lo que hizo.
Tras diez minutos, los que utilizó hasta
para lavarse la cara y hacer sus necesidades básicas de la mañana, cruzó la
puerta de la sala de estar que también compartía con el comedor, lugar donde la
madre de Changmin sostenía una conversación con el mismo. Jaejoong no alcanzó a
escuchar, pero imaginó que había sido un cruce de palabras que a ambos les
había hecho reír. Changmin ya ni siquiera tenía el rastro de mal humor de hace
unos minutos.
— ¡Oh! ¿Ya te vas? —la mujer preguntó
nada más al ver a Jaejoong parado en el umbral de la puerta. El joven no tardó
en negar con su cabeza, algo más bien automático—. Bien, entonces siéntate para
que comas.
Asintiendo, el invitado de sentó junto a
Changmin, quien estaba más entretenido en comer de sus tostada que de lo que
pasaba a su alrededor. Jaejoong tuvo que reír ante tal hecho. La madre del otro
al parecer notó el motivo de su vida, pues mientras ubicaba una taza de leche
frente a él murmuró un: —No me extrañaría que el día de mañana me dijera que
está saliendo con un plato de pasta.
— ¿No crees que eso es una exageración?
Pasa que tengo muy en mente el que la comida es lo más importante que hay —si
había tratado de defenderse, no lo había logrado.
—Ah, claro, claro, eso mismo que dices,
Changmin —una mueca de fastidio por parte de su hijo y la conversación se había
dado por finalizada.
Jihye hablaba de cada cosa que se le
ocurría para conocer más al nuevo amigo de su hijo y este no hacía mayor
problema en contestar todo el interrogatorio que estaba recibiendo. Changmin,
en más de una ocasión alzó la voz con un «Mamá» para que esta no llevara más
lejos las preguntas, porque sabía que podían hacer sentir incómodo a
cualquiera. ¿Cómo lo sabía? Él ya había pasado por todas ellas, y eso que era
su propio hijo.
No pasó más de un cuarto de hora cuando
Jaejoong sintió vibrar su teléfono. Al mirar la pantalla se dio cuenta que se
trataba de un mensaje de su madre: «Creí que ibas a llegar temprano, Jaejoong.
Te estaba esperando con el desayuno. Era panqueques». Pudo haberlo interpretado
como que estaba enojada, pero en realidad solo había sido para molestarlo, para
hacerlo sentir incómodo por no cumplir su palabra. Rió ante lo infantil que
podía llegara a ser su madre.
— ¿Algún problema, hyung? —Changmin hizo
la pregunta con la taza no muy alejada de su boca.
— ¿Ah? No, es solo que mi madre me ha
tocado sentimientos.
— ¿También lo hacen contigo?
—Todo el tiempo
Ambos rieron. Al parecer cada madre no
era distinta a la otra. Jihye se sintió ofendida, he ahí la razón por la que un
«Ya no me preocupo más por ti, Shim» salió de su boca, cuando en realidad no
iba a cumplir nada de lo que había dicho.
—De todas formas ya debo irme. Mis
hermanas deben de estar haciendo de las suyas en mi pieza. La invaden cuales
ratones a la salida del gato —se encogió de hombros mientras se ponía de pie.
No tenía ninguna cosa que ir a buscar a la habitación de su dongsaeng, llevaba
todo consigo.
—Entonces… nos vemos otro día, hyung.
— ¿A qué hora vas a la Universidad el
lunes? —cuestionó el mayor luego de despedirse de la madre de Changmin y dar
las gracias correspondientes.
—Pasadas las 11. ¿Quieres que nos
vayamos juntos?
—Ah, podría ser, podría ser. Voy a hacer
algunas consultas y ver si es necesario que vaya el lunes —Jaejoong apartó la
mirada, ¿por qué mostrar el interés que sabía se notaba?
—Entonces te esperaré en la plaza hasta
las 11:15, sino llegas a esa hora voy a suponer que no tenías necesidad de ir.
—O que tal vez me atrasé más de lo
necesario —su índice diestro dio un par de vueltas a la altura de su barbilla—.
Como sea, nos vemos pronto, Changmin.
En algún punto de la conversación habían
comenzado a caminar en dirección a la puerta de la casa y la puerta de esta se
había abierto. He ahí la razón por la cual las últimas palabras de Jaejoong
fueron articuladas a algunos pasos de la entrada, hacia la salida, en un claro
gesto de que ya se iba.
—Esperemos que ese pronto sea el lunes,
hyung.
— ¡Dile que avise cuando llegue! —la voz
de la madre de Changmin no tardó en dejarse escuchar segundos antes de que
Jaejoong volviera a hablar.
—No es necesario que lo repita, ¿verdad?
Ese grito hasta el vecino lo escuchó —el menor rió entre dientes y Jaejoong no
tardó en imitarlo.
—Me voy, y avisaré cuando llegue.
Gracias por la invitación y cuida mi juego.
—Como si fuese el mío.
— ¡Más te vale! —una despedida de mano y
Jaejoong no miró más hacia atrás.
El camino a su casa se hizo extremadamente
largo, primero porque le costó un poco el poder encontrar la plaza y segundo
porque caminó con una lentitud que ni el mismo creía fuese propia. (De eso se
dio cuenta a mitad de camino, pero no fue suficiente para apresurar su paso.)
Cuando llegó a su residencia, luego de
abrir la puerta y encontrar a una de sus sobrinas corriendo de un lado a otro,
se dio cuenta que había llegado una de sus hermanas mayores. Ahora entendía
porqué su madre había hecho un desayuno tan rico.
— ¡Llegué! —un grito que sabía sería
escuchado sin muchos problemas.
— ¿Te acordaste que tenías casa? —su
madre hizo aparición desde la cocina hasta el pasillo en donde él estaba
parado. Jaejoong tuvo que sonreír cuando la vio con un mantel secándose las
manos.
—Me fui por menos de un día, mamá, no es
necesario este alboroto. Además, ya tengo 25 años, soy bastante mayor —Jaejoong
abrazó a su madre por la cintura cuando esta le dio la espalda a la par que
negaba con su cabeza.
—No creo que sea necesario recordarte
que, más que mal, sigues viviendo en esta casa, ¿verdad?... Llegó tu hermana
mayor hoy en la mañana.
El joven la dejó de abrazar cuando notó
que no estaba molesta, sino que solo que estaba tratando de hacer su papel de madre preocupada con uno de
sus hijos menores.
—Vi a ChinHee cuando estaba entrando a la
casa. Por ella hiciste esos panqueques, ¿verdad? No fue por esperarme —estaba
tocando sentimientos, sí, y eso su madre lo sabía, por ello la mujer dejó un
par de golpes en los brazos de su hijo.
— ¿Para qué me preguntas si ya sabes la
respuesta?
— ¡Mamá!
—Yo que tú subo a tu cuarto, tus
hermanas quisieron usarla esta vez de guarida.
— ¿No que siempre lo hacen?
—Mejor
ve.
Jaejoong no perdió el tiempo y fue hacia
su habitación; no fue una sorpresa para él encontrar alguna de sus prendas de
ropa desparramadas por toda la habitación, tampoco que su cama estuviera
desordenada. Fue a revisar su mueble de libros y cuadernos de la universidad:
para su suerte estaba todo intacto. Suspiró con resignación, con cansancio
anticipado, pues el solo pensar que tenía que arreglar eso ya era demasiado
agotador. ¿En qué momento su madre tuvo hijas después de él? Debieron habérselo
prohibido.
—Bien, a ordenar.
No solo puso en su lugar las cosas que
sus hermanas se habían encargado de desparramar, sino que también sacó un poco
de basura (lápices rotos, marcadores gastados, hojas con garabatos y
demás) que fue acumulando durante
algunos meses. No salió de su habitación hasta cerca de las ocho de la noche,
hora en que su hermana ya se estaba yendo para su casa. Mientras había estado
ordenando, esta había ido a la habitación a conversar unos minutos con él: se
rieron, intercambiaron sucesos de sus vidas y recordaron cuando la joven aún
vivía junto a ellos. Buenos recuerdos.
Jaejoong despidió a su hermana en la
entrada de la casa con la mano antes de subir, casi corriendo, a su habitación.
Durante el transcurso de la limpieza había hecho las consultas necesarias para
saber si al próximo día debía ir a la universidad. Muchas afirmaciones a todas
las preguntas que pudiera tener le verificaron que sí, tendría que ir.
Kim Jaejoong @bornfreeonekiss
Creo que mañana nos veremos en la plaza
para irnos juntos, ¿o no?
Jaejoong no sabía si Changmin estaba
conectado o si por lo menos estaba al pendiente de la red social. Bueno, lo
descubriría si el menor le respondía.
Bajó por un pan con queso y un jugo,
cosa que siempre comía antes de ir a acostarse. Estaba agotado, después de todo
el orden a la pieza había sido más largo y profundo de lo que hubiese esperado.
El pelinegro se acomodó en la cama,
sentado a lo indio, con la computadora frente a él y con el plato en sus
piernas, dispuesto a comer su pequeño aperitivo. Mientras revisaba algunas
cosas de la Universidad para matar el tiempo, como sus calificaciones por
ejemplo, llegó una notificación de que había sido nombrado en Twitter. Sonrió
de forma automática sin necesidad de ver la aplicación para saber de quién se
trataba.
Shim Changmin @LordVoldemin
11:15 en la plaza. Si llegas tarde me
iré solo. Nos vemos mañana, hyung.
Tomó del jugo con la pajita que muchas
veces utilizaba. Estuvo a nada de toser por el líquido, ya que había reído al
mismo tiempo.
Kim Jaejoong @bornfreeonekiss
A las 11:15 entonces, Changmin-ah. Nos
vemos, dongsaeng< 3
Ah… había enviado un corazón.
Apagó la computadora tan rápido se dio
cuenta de ese despiste, como si de esa forma la mención no llegara a su
destinatario. Terminó de comer el pan y bebió un poco más de jugo antes de acostarse
y dejar las cosas sucias en el suelo: las llevaría por la mañana al primer
piso. Aun cuando no hacía demasiado frío, Jaejoong se tapó completamente, hasta
llevar las mantas sobre su cabeza; cerró los ojos con fuerza, tratando de no
pensar cosas de más, como que, por ejemplo, no recordaba haber deseado tanto
que llegara pronto la mañana para ir a la Universidad; tampoco quería creer que
era porque se iba a juntar con Changmin, porque… eso no podía ser.
Su estómago se revolvió y sus manos
fueron a cubrir su rostro completamente. Bien, ya era mucho por ese día, había
que dormir.
•
•
•
A la mañana siguiente, mientras la plaza se veía a solo unos pasos, Jaejoong refregó tantos sus ojos que ya había perdido la cuenta. La noche anterior apenas y había dormido, porque sus pensamientos no dejaron que tuviera un sueño tranquilo. ¿Por qué tenían que poner a Changmin en cada maldito pestañeo que daba para quedarse dormido? Morfeo lo odiaba, de eso no cabía duda.
•
•
A la mañana siguiente, mientras la plaza se veía a solo unos pasos, Jaejoong refregó tantos sus ojos que ya había perdido la cuenta. La noche anterior apenas y había dormido, porque sus pensamientos no dejaron que tuviera un sueño tranquilo. ¿Por qué tenían que poner a Changmin en cada maldito pestañeo que daba para quedarse dormido? Morfeo lo odiaba, de eso no cabía duda.
—Uh, hyung, parece que no dormiste muy
bien —No hubo un buenos días ni tampoco un saludo de mano cuando Jaejoong pasó
por al lado de Changmin y continuó caminando hacia la Universidad.
—No hables, por tu culpa con suerte y
habré dormido como dos horas, si es que junto todos los trozos.
— ¿Mi culpa? ¿Por qué mi culpa? —Changmin
apresuró su paso hasta quedar junto a Jaejoong y así seguirle el ritmo—. No me
digas que soñaste conmigo, hyung.
Dicen por ahí que el silencio otorga,
por ello Jaejoong no articuló palabra alguna y simplemente hizo más rápido el
andar.
—Apúrate, te voy a dejar atrás.
— ¿En serio soñaste conmigo?
—No me junto nunca más contigo en la
mañana.
— ¡Pero hyung! ¡Respóndeme! ¿Qué hicimos
en tu sueño?
Jaejoong detuvo sus pasos abruptamente y
miró a Changmin directamente. Este último alcanzó a detener sus pasos, sino
hubiese arrastrado a Jaejoong consigo al seguir avanzando.
—Primero: los sueños son míos. Segundo…
Solo camina, ¿quieres?
Changmin no dijo nada más, porque el
leve rubor de las mejillas de Jaejoong hizo que todas sus palabras se quedaran
atascadas en algún lugar de su garganta y no quisieran salir de allí. ¿Por qué
se ponía así? Ni que fuera un adolescente. El menor pasó las manos pro su cara
y dio unos golpes en sus mejillas antes de volver al lado de Jaejoong y así
caminar hacia su destino.
Había sido el comienzo de un día duro y ambos
sabían, que mañanas como esas, habría mucho tiempo más mientras cada uno
estuviera en el pensamiento del otro, y eso… y eso que recién se estaban
conociendo.
Índice
•
¡Aquí está! Lo sé, lo sé, sé que me demoré un montón, pero ksjdiwueids estuve en un proceso en donde no podía escribir absolutamente nada y si escribía no era de mi gusta y y y <///3 no quería dejarles un capítulo feo ;u;
Espero, espero que puedan perdonar el alma de esta ciudadana que les trajo este capítulito.
Espero que las que siguen la historia estén por ahí♥. ¿Ustedes saben que yo las adoro? Las adoro, jujú.
Oh, y también espero que hayan disfrutado de este capítulo. De ahora las cosas avanzan de forma más loca y extraña<3.
P.D.: ¡El índice! Si van a él van a poder ver la imagen del ficccccssss, la hice por la noche, con los ojos pequeños, pero es que esto debía tener portada, ¿cómo no? >:
akjdkjf. Ya, me despido. Besosototototes y abrazotesssss a tooooodos/as♥
5 comentarios:
Tengo mucha curiosidad con respecto a los sueños de Jaejoong, no saldrá un pequeño spot mas adelante??
Ese tira y afloja raro que tienen estos dos esta empezando a gustarme muuucho
Woo De verdad la espera valió la pena, cada vez quedo más intrigada… Changmin es un coqueto y Jae un poco lento pero me encanta, esperare el siguiente cap quiero más acción jujuuj xd.
Saludos Romi ;) ♥ kiss
Va a salir es que no será solo ese sueño, sino que muchos más los que lo molestarán más adelante dskjff. Un adelanto<3
Aaaaaaah~ Me gusta mucho el que te esté gustando la extraña relación que están tenido ;;
Graaaaaaacias por leer y comentar, significa mucho, mucho♥
No es que sea lento, se hace el lento aldjkjff. Pero se me es adorable hacerlo de tal manera, en serio ;;; ChangmMin... ChangMin va a ser un verdadero coqueto más adelante, tal vez, tal vez kajkd.
Graaaaaaacias por leer ;; Saludos, saludos ♥
awwwwwwww me encanta la historia, tiene toque de realidad, y eso me encanta <3
Estare esperando con gusto los siguientes capitulos ^^
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