lunes, 8 de abril de 2013

The Cutest 4

ChangMin no pudo evitar recorrer con la vista aquella blanca y sedosa piel expuesta.
Aun con el ligero tono rosáceo en sus mejillas, olvidó por completo aquello de lo que  estaba hablando con su manager.
Esa camisa blanca a medio desabrochar, no sabía si tenía algo debajo de la tela que llegaba a esos blancos muslos.... pero el pensamiento de lo que podría parecer esa pequeña escena a espaldas de su manager, le hizo sentir una especie de calor angustiante en la nuca.

¿Qué pretende hacer él ahora, saliendo repentinamente así?

—¿ChangMin? ¿Me estas escuchando?  Necesitamos un plan, al menos una excusa ¡Una declaración! ¡Por dios muchacho, responde!

Él asintió, haciendo un verdadero esfuerzo porque  captará que no llevaba pantalones y que debía regresar a la habitación. Antes de que Hyunjae  se diera la vuelta.

—¡¿Qué se supone que significa esto?!

Muy tarde.

—¡Hyung! ¡Espera! Él es el chico del video ¿sí? Y él está aquí porque…

—¡Es tu amante!— Le interrumpió escandalizado.

—¿Qué? ¡Oww, no! Él... él… es…

No sabía su nombre, finalmente se dio cuenta. Ese pequeño pelinegro sin pantalones, qué había corrido de regreso a  su cuarto probablemente a ponerse unos, era un desconocido aún.

—Hyung, me conoces bien. ¡No soy esa clase de persona, así que cálmate!—ChangMin se revolvió  los ya desordenados cabellos. Sin saber cómo explicar correctamente la situación—. Eh… él es… mi… ¿amigo?

—Tú no invitas amigos a casa.

En especial, con el asunto de los diez millones y la herencia. Por ningún motivo la agencia debía enterarse de  la fortuna que le había dejado su padre adoptivo.
Cada centavo que tenía ChangMin y cada que ganaba, pertenecía a esa empresa y el porcentaje que le era dado es  de verdad muy poco. Ganaría más si se hacía maestro o repartidor de pizzas. Había sabido desde un principio que entrar al negocio del entretenimiento sería realmente difícil, pero no le había quedado otra opción más que audicionar  aquella vez a los once años. Era eso o quedarse en ese  viejo orfanato y a los dieciocho ser abandonado a su suerte. Incluso gracias a eso, el señor Shim se había  compadecido de él y lo había adoptado.

—Hmmm… —El hombre se veía más calmado, pero aun así mantenía ese tono de incertidumbre y desagrado en su voz.

—Bueno… algo por el estilo —Y ChangMin no hacía nada más que soltar incoherencias.

—Explica bien esto —Se sentó en el sofá individual, llevó una mano a su rostro mostrando que de verdad se daba por vencido con el joven frente  a él.

—El está en la calle, no tiene una casa —fingió estar apesadumbrado—.  Es por caridad, hyung.—A este parecía no importarle sus palabras o más bien no creerle en absoluto.

—¿Desde cuándo eres tan bondadoso, eh?  La empresa no puede mantenerlos a ambos.

ChangMin lo tomó como su única opción—. Creo que tiene potencial para la empresa, creo que puedo prepararlo para una audición. —Mintió, al mismo tiempo dándose un golpe mental en la frente.

—ChangMin, esto no es América, aquí no se descubren talentos así, se crean.

—Hyung, es la verdad… su voz, eh... él es  bueno cantando— Bien, estaba llegando muy lejos con las mentiras.

—Sí, sí, que venga y lo demuestre.

—¿Ahora? —ChangMin tragó saliva—. No, no, debe estar avergonzado por lo que pasó.

—Así es. ¿En primer lugar, porque estaba… bueno… e-en esas condiciones?

—Las personas tienen costumbres extrañas, él no tiene una familia. Recuérdalo, hyung.—ChangMin frotó su brazo izquierdo con la palma de su mano, preocupado porque él muchacho viniera y lo arruinará aún más de lo que él mismo  lo estaba haciendo.

Pero es que no podía decirle a Hyunjae del cheque en primer lugar, incluso  el abogado de  Estados Unidos, le había aconsejado eso sabiendo de su situación. Su manager no lo guardaría en secreto.

Este suspiró dándose verdaderamente por vencido: —Haz lo que quieras con él. Sólo debemos resolver este asunto del video

JaeJoong estaba escuchando esto desde la puerta entreabierta, preguntándose qué diablos se supone estaba tramando ChangMin. Porque  por lo que había visto, ese cantante no era un tipo muy racional. ¡Habia estado hablando de él como si fuese un perro callejero al que recogió!

—Diles lo que acabo de contarte y lo que te dije por teléfono. Dí que es muy cercano a mí, nos conocemos mucho y que sólo lo ayudaba en el baño porque estaba mareado, o enfermo ¡no sé!, dí algo como eso. Qué intentaba ayudarlo y que caímos al piso, porque  en parte esa es la verdad —Incluso el mismo comenzaba a creer que funcionaria—. Haz quedar mal a Leeyong, después de todo él tiene esa fama de malintencionado en la prensa. Que  se aprovechó algo completamente inocente.

—¿Eso quieres dar cómo comunicado?— El rostro del hombre cambio un poco, más esperanzado—. Pero podrán pedirte declaraciones en la conferencia de prensa  de TVXQ.

—Para eso falta casi un mes.

—Recuerda que la agencia castiga cualquier escándalo, incluso si es algo inventado por la prensa amarillista, ChangMin.

—Voy a aceptarlo. ¿Sí? Solo cuida que YunHo hyung no quede mal, es decir TVXQ—  se corrigió.

—Bien, entonces lleva  a ese  chico a las audiciones de diciembre. Separaré un lugar—.  Se puso de pie, dispuesto a dejar a un ChangMin tan tenso como una piedra—. Espero que esto funcione.

—D-des-cansa, hyung. —Fingió una sonrisa.

—Siempre estás dando problemas, ChangMin-ah —suspiró con total resignación. Revolvió aún más sus cabellos para después salir finalmente.

ChangMin se dejó caer en el sillón, esa extraña sensación de la boca que ocurre después de mentir estaba comenzando a agotarle.

—Hey, tú. ¿Vas a salir de ahí o qué?—  ChangMin cerró los ojos, ocultando su rostro con uno de los cojines.

—¿Qué fue todo eso?— Jae salió con unos pantalones pijamas negros, aún sin creer en todo lo que acababa de escuchar.

—Eso significa que tenemos mucho más trabajo por hacer— Dio media vuelta en el sofá quedando boca abajo—. ¿Por qué saliste tan repentinamente y de esa forma? ¿No tienes educación o más bien, algo de pudor?

—Eh… yo… lo siento por eso. Salí de la habitación sin pensar y-

—¿Ibas a decirme algo?

 JaeJoong se quedó con la boca abierta, recordando lo que deseaba decirle acerca de que había encontrado el cheque… Aunque su voz no salía para contárselo. No aún. Si se lo daba, ¿lo dejaría en paz, lo echaría de ahí finalmente? JaeJoong de verdad, de verdad,  ahora sí no sabría cómo regresar a pedirle perdón… es decir ahora ni siquiera tenía cara como para ir con EunJae. No ahora. Esperaría un poquito. Afuera llovía. Podría sentir  la gélida sensación de concreto mojado justo ahora.

—No, no era nada.

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ChangMin estaba teniendo un sueño donde la preciosa Ume-chan llegaba con su hijo en brazos a dejarle el almuerzo al trabajo. Él, con una corbata un tanto ridícula, si me lo preguntan. Salía del salón de clases de primaria donde les estaba enseñado a los niños a cantar.

—Cariño, olvidaste tu comida—Los rizos color caramelo de la chica caían delicadamente sobre sus hombros. 

Su sonrisa amorosa rayaba en lo cursi, sin embargo, para ChangMin era un buen sueño hasta que un irritante estruendo  de sartenes y platos le despertó. Hizo una mueca, queriendo continuar durmiendo, pero  el olor delicioso de un desayuno real le hizo abrir los ojos y pararse del sofá en tensión, como si un vampiro saliendo de su ataúd se tratase. Entró a la cocina,  y  vio que ese chico estaba preparando pastel de arroz coreano.

—Eso huele bien —Se paró detrás de él, pasando su brazo hasta llegar al sartén y tomar un poco con la mano.

—Oye, ¿no tienes modales?

—En la mañana, no. —Intento tomar un poco más pero JaeJoong no lo dejó.

Forcejearon  de forma juguetona, aunque más  bien sería competitiva.  Se detuvieron cuando sus rostros quedaron realmente muy juntos. ChangMin carraspeó un poco, se alejó de regreso a la mesa, tarareando una canción  para intentar parecer despreocupado, pero sus mejillas algo rosas lo delataban. Jae  se movía en la cocina como si le perteneciera, tomó dos platos y sin ni siquiera revisar los cajones, supo donde estaban las cucharas y los palillos. Tomó ambos  utensilios y le sirvió a ChangMin correctamente.

—Dime que tal esta —Pidió con una sonrisa.

—Gracias —ChangMin asintió.

Jae fue al refrigerador y tomó la botella de cátsup—. ¿Quieres que escriba algo en él? —le preguntó inocentemente.  El acostumbraba a escribir su nombre en el suyo o dibujar algo.

—¿Qué? No soy un niño —ChangMin tomó una cuchara pero antes de probar un bocado, se detuvo—. Escribe Star Wars.

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—Vamos, te ves bien. — ChangMin tomó las llaves de su auto. Llevaba puestos lentes oscuros—. Date prisa.

— ¿Estás seguro?

—Es mi ropa ¿estás dudando de mi buen gusto, ah? —fingió estar molesto, sólo porque le estaba gustando molestar a aquel chico.

—No, no. Es que no quiero usar algo tuyo todo el tiempo…—  Aunque  el mismo ChangMin había sido el que tiró su ropa a la basura, sin embargo, no se sentía cómodo con estos pantalones tan ajustados—. ¿Realmente son así? Quizás engordé un poco.

El menor rodó los ojos —Esta bien, está bien. Vamos a comprarte algo de ropa ¿sí?

Jae asintió—. Te lo pagaré después—Le dijo.

Después de todo, tenía lo que había encontrado ayer, escondido en uno de los cajones de ChangMin. Eso quería decir, (¡cielos, de verdad estaba feliz de eso!), que ya no le debía todo ese dinero al cantante. JaeJoong sólo planeaba quedarse un tiempo en casa de ChangMin, hasta que consiguiera donde vivir, después le daría el cheque. Habia estado  un tanto preocupado  de todas las cosas que el más alto le habia dicho a ese señor. Pero después de eso ChangMin ya no le había dicho nada al respecto, así que intentaría ignorarlo y no hacérselo recordar.

Recordó lo de su nuevo empleo en ese café Stalar Boobs o era ¿Starde Boom?.
—ChangMin…— ambos llegaron hasta el lujoso auto, el menor no demostró intenciones de otra extravagancia referente al volvo. Así que decidió preguntar. — ¿Qué hay acerca del trabajo  del que hablaste ayer?

—Uh, olvidé eso —murmuró tranquilamente. Sacó una barrita nutritiva  de moras de la guantera—. Hum… no creo que tengamos tiempo para eso ahora. Tenemos otro problema más grande.

—¿Eh? ¿Es sobre el dichoso video?— Jae aceptó  la barrita de avena que ChangMin le pasó.  Aunque acababan de desayunar, estas cosas eran algo nuevas para el mayor, por lo que comía todo lo que podía.

—Eso está manteniendo un bajo perfil por el momento— hizo una mueca. ChangMin manejó por algunas entre calles hasta llegar a la avenida por la que había pasado ayer—. Llegaremos  a un lugar y ahí sabrás de lo que se trata esto.

—Okay… —¿Entonces no tendría el trabajo? Necesitaba encontrarse con YooChun, intentó recordar donde había dejado el pequeño papel con su número. Para conseguir un lugar donde quedarse, necesitaba dinero. Yoochun, después de todo, era un buen tipo, incluso sin ChangMin, él podría contratarlo.

—Por cierto. ¿Recordaste donde fue que te robaron?

— ¿Eh? Es cierto, aún iremos a buscar al sujeto. —Se tomó unos segundos para poder responder—. Sí, es  por donde trabajo, es decir, trabajaba— Jae desvió la  mirada de esos ojos cafés, tratando de ocultar su nerviosismo.  Incluso si encontraban el bolso de ChangMin, tarde o temprano descubriría que el cheque nunca había estado ahí.

—Entonces iremos más tarde—  Encendió el parabrisas, ese imperceptible  ruido que generalmente hace se hizo presente, marcando un irritante ritmo—. Justo el día en que iba a ir al banco… ¡estúpido Yoochun! Blablah cumples dieciocho, amargado asexual blablá Yoochun es un idiota —exclamó repentinamente.

Hizo una graciosa mueca con la boca de nuevo.

—¿Ese día era tu cumpleaños?

—No realmente, en realidad no sé cuándo es mi cumpleaños, pero ese fue el día cuando me adoptaron. Para entonces tenía doce años, así que no entiendo el punto de ese frentón, si él nos conocía desde antes a mi hermana y a  mí.

—Entonces ustedes son muy cercanos. Oh, ¿tienes una hermana?— Jae sonrió,  a pesar de que ChangMin acababa de decirle que también fue huérfano como él, JaeJoong conocía a muchas personas que lo eran por lo que no fue una sorpresa. Pero qué suerte sería tener una hermana, alguien junto a ti en esos momentos en que generalmente  no tener padres realmente apesta.


—Sí, pero no quiero hablar de eso. Es una víbora, desde que se casó—. ChangMin miraba sólo hacia el frente, pero inconscientemente estaba abriéndose a JaeJoong al contarle cosas más allá de su vida. Decía frases más elocuentes con Jae que cuando estaba en una entrevista frente a un reportero.

De hecho, anteriormente fue como si desayunaran juntos todos los días. ChangMin incluso le había contado de su abuelo. Él nunca le contaba a alguien de su vida personal, y para empezar no sabía siquiera su nombre. Pero ellos no habían tenido el muro de cortesía que generalmente tienen dos extraños al interactuar. Eso lo supo cuando se golpearon en la cabeza mutuamente luego de discutir sobre si se decía salsa de tomate o cátsup.

Era como si  esos dos se conocieran desde hace mucho.

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—¡ChangMini! ¡Hello,Darling!— Jeojin fue a su encuentro, dándole dos besos en la mejilla al más alto—. Honey, no esperaba verte por aquí hasta dentro de quince días más o menos.

—Noona…—Hizo un gesto refiriéndose a JaeJoong, quien estaba un poco intimidado por la chica realmente –grande-, frente a ellos
.
Bueno, en realidad era una linda mujer con proporciones más grandes de lo normal, era la estilista extranjera de ChangMin. —Ella es Jeese…—murmuró despacito al más bajo quien estaba casi escondido detrás de él.

—En Corea, soy Jeojin—aclaró la morena—. ¿Estás buscando a Henry-san? Justo ahora estaba ensayando con otro grupo. Créeme, ChangMin. Ustedes son los mejores cuando bailan, no soporto a esos enanos ignorantes. Tú y YunHo si saben mover sus caderas. —Hizo un movimiento alusivo. Jae desvió la mirada, reprimiendo una risa—. ¡Vamos, ChangMini, haz como te enseñé!

—¡Noona! Aquí no…— susurró verdaderamente apenado.  —Sólo, s-solo déjanos pasar a ver a Henry.

—Vale, ya ajustaremos cuentas tú y yo. No olvides el ula-ula esta vez.

Jae rió abiertamente, imaginando la escena. Imaginando al rígido de ChangMin, bailando como la chica, era demasiado para él. Debía procurar estar presente en ese momento.

—Hey, vamos.—Tiró del brazo del pelinegro—. Vas a dejar de reír cuando entremos.

—¿Eh? ¿Por qué? —Cubrió su boca con la mano, sin intenciones de ponerse serio.

—Las audiciones antes de navidad no son un juego.

—Audiciones, oh..— ¿Qué?  ¡¿QUÉ?!

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JaeJoong se aseguró de que esto no fuera un sueño. ¿Por qué no lo pensó antes?
Pellizcó el dorso de su mano.

Real , maldita sea. Ese muchacho alto le miraba  como si estuviera loco.

—Eh, bueno…—  ChangMin soltó su brazo—. Esto es real, es una audición, y todo es tu culpa.

—Por supuesto —murmuró irónico  por lo bajo.  Aunque ChangMin le  habia  escuchado —. Ah, iba a preguntarte. ¿Por qué no limpias tu habitación, eh?

—¿Crees que alguien como yo tiene tiempo? Sólo llego a casa,  si tengo que cambiarme y regreso.  Así es nuestra vida —Terminó con un tono dramático—. No puedo tener a alguien que haga el aseo y qué entre a mi habitación, así que la dejo con llave. No dejo entrar a nadie.

ChangMin lo llevó a un cuarto  con un espejo enorme por pared, y se sentó en el piso recargándose en otra.  Sin opción Jae tuvo que hacer lo mismo.

—¿Y porque me dejaste entrar a mí?—preguntó.

—No lo sé. También deje que durmieras ahí—El menor desvió la mirada al mismo tiempo descruzando los brazos.  Pareciera que él también se lo preguntaba—. Debí  estar muy desesperado. Quizás te eche apenas lleguemos.

—¿Qué… pero..? ¿Por qué?— JaeJoong, quien estaba entretenido mirando acomodando su cabello frente al gigantesco espejo, se volteó con una cara de miedo. Le miró turbado.

—Oye, estoy bromeando—ChangMin rió tomándole el pelo, claramente.

Pero dejó de sonreír cuando vio la expresión algo afligida del otro.  Por algún motivo se sintió culpable. Era una pequeña broma,  pero se dio cuenta de que la situación en la que se encontraba el mayor no era graciosa en realidad.
Se acercó a él y deslizó su dedo índice en el entrecejo de JaeJoong, quitando la pequeña arruga  de preocupación que ahí estaba.

—Oye... ¿estás bien?  De verdad fue una broma —Jae lo miró, perdiéndose en aquellas orbes color avellana. Se alejó de su contacto antes balbucear tonterías. ChangMin se mordió el labio, el momento estaba haciéndose incomodo—. No lo volveré a hacerlo así que quita esa cara. No me gusta así.

No es que se ofendiera. Sólo… era otro momento en el que la realidad  llegaba a patear su cara. Siempre se había esforzado, pero nunca había avanzado de donde estaba. Habían pasado dos años desde que dejó el orfanato, y lo único que había conseguido era caer más bajo. Aunque durante al menos un mes, después de cumplir los dieciocho no le había ido tan mal. Incluso había conseguido un pequeño  departamento, pero mantenía cuatro empleos de medio tiempo y todo el tiempo se enfermaba. Hasta que uno por uno lo despidieron y finalmente el casero lo echó.

Después de eso todo había empeorado,  fueron meses desastrosos. Por supuesto, aún trabajaba pero ya no completaba para alquilar algo. Durmió muchas veces en la calle, hasta que conoció a más chicos como él y eso de una u otra forma lo había llevado con EunJae. Habia sido lo peor que había hecho. Hasta ahora.

Aunque lo devolvería, por supuesto no estaba robándolo…  pero ver a ChangMin con esa expresión preocupada por la mañana antes de venir aquí,  caminando de un lado, haciendo llamada tras llamada para conseguir hablar con un sujeto en América y otra persona en Japón.

 —Hyung, por favor. Hace tanto que no la veo, yo…

—Déjame hablar con ella.

—En cuanto resuelva este problema estaré contigo, ¿aún me amas, verdad?

—Ume-chan… ¿Aún estas ahí? ¿Ume-chan?...

Había escuchado partes como esas. Él era de lo peor ahora ¿verdad? Debía serlo. Porque había visto la mirada de ChangMin cuando ella cortó la llamada y él se había quedado callado. Pudo haberle dicho  él  tenía la chequera para que ChangMin le llamara de nuevo y pudiera mantener contenta a su ¿novia? Pero no lo había hecho. ChangMin tenía razón  en esa parte. No debió haberlo dejado entrar, sí ChangMin  hubiese abierto el cajón para sacar algo suyo lo hubiera encontrado y sólo habría sido un pequeño extravío.

Para empezar  él mismo ni siquiera debió haberlo seguido fuera del club.

—Oye…— le llamó—. ¿En qué estás pensando? Parece que vas a llorar. Está bien ¿sí? Sólo… no vayas a llorar.

—No lo haría —JaeJoong reaccionó—. Tus palabras no influyen tanto en mí.
                                                                        
—Ah, ahora estás enojado, pequeño bipolar.

Jae abrazó sus rodillas contra su pecho. En realidad era importante.  ChangMin era importante o quizá… sí, era importante. De un día a otro. Debía estar loco, no tenía lógica alguna. Porque era una buena persona y JaeJoong no conocía a nadie más aparte de EunJae que le alejara de estar totalmente solo. Y ahora sólo estaba ChangMin. Pero era demasiado pronto como para considerarlo importante, ¿verdad?

—Bueno —Min palmeó su espalda con algo parecido a la delicadeza—. Henry debe estar por llegar.  Haremos esto ¿sí? En realidad no tenemos problemas tan graves como una enfermedad o una muerte —Le sonrió tratando de ser positivo—. Bueno ¿no has asesinado a nadie, o sí?

—Muy gracioso— Jae devolvió la sonrisa. Ayudaría a ChangMin, no podía oponerse más. Al principio había pensado que ChangMin quería esos millones solo por ambición, pero en realidad era para algo parecido al amor para con esa chica—. Amor… — Susurró. Dejaría de pensar en sí mismo justo ahora.

—Entonces ¿Qué tengo que hacer, ChangMin?

—Primero tienes que decirme tu nombre.

—¿Eh? ¿No lo sabes? —Hizo un puchero.

—Oh, no hagas esa cara tan rara— ChangMin pellizcó sus mejillas como si estuviera ansioso. Inmediatamente se puso de pie y camino  hasta la puerta—. Hum… Henry no viene. Tendremos que empezar sin él.

—Uhm… Kim JaeJoong.

—¿JaeJoong, eh? ¿Cuántos años tienes?

—Cumpliré veintitrés  en cuatro meses— Jae se puso de pie y le siguió, asomándose por la puerta también—. ¿Para qué necesitamos a ese Henry?

—¿De verdad? así que eres mi hyung, JaeJoong hyung.

—No soy tu hyung, apenas nos conocemos —se sonrojó y aún más cuando levantó la mirada y vio de nuevo esos ojos puestos en él demasiado, demasiado cerca.

—Pero me gusta ver tu cara molesta,  y esto te molesta— ChangMin se acercó aun más hasta estar a su altura—. Así que, hola JaeJoong hyuuuung. —susurró a su oído.

Justo después de sentir ese cosquilleo en su estómago junto al escalofrío en su espada, Jae se alejó rápidamente.

—N-no digas mi nombre así —Cubrió su oído con  la mano, a fin de disminuir el calor que sentía ahí.

ChangMin rió—. Oh, hace mucho que no me divertía tanto con alguien.

—Oh, me alegra ser tu chiste personal—Jae puso los ojos en blanco.

—No, es que eres muy divertido, hyung.

JaeJoong estaba  a punto decirle que no iba a entretenerle gratis hasta que se dio  cuenta que eso podría tener un doble sentido y no sería bueno. En especial porque un hombre, de no más de treinta que quizás era ese tal Henry había entrado.

—ChangMin-ah. Hola, pensé que estarías escondido en tu casa ahora más que nunca.  ¿Las fans no han tirado tus discos a la basura?

—Veo que lo sabes y si estás jugando con eso es que la reacción  no ha sido tan grave —Después de todo Henry era un tipo decente—. A decir verdad, estaba ocupado y no he visto las noticias.

—Hum… no, la empresa ha manejado esto bien, supongo.  Quedaste como sólo una víctima de la crueldad del  periodismo. Palabras textuales —Henry se quitó la gorra y sacudió su cabello húmedo. Avanzó hasta una especie de estante y ahí dejó sus cosas—. Pero tus fans son las más raras, ChangMin.

Se acercó a JaeJoong quien hizo una reverencia inmediatamente. —Y tú ahora eres famoso. ¿Cómo te llamas?

—JaeJoong.

—Hum… ¿debería publicar tu nombre en internet? Las fans raras de ChangMin te aman.

—¿Qué? —preguntaron y gritaron los dos a la vez.

—¿No se supone que tienen que querer asesinarlo?—Le preguntó  asombrado.

—Oye, gracias —Jae le miro mal.

—No porque ahora saben que su ídolo tiene un lado romántico.  Y lo raro es que les gusta más si estás con un hombre qué con una mujer.

—¿Y  cómo lo sabes?— Preguntó JaeJoong porque ChangMin parecía querer ir y golpear su frente contra la pared. De hecho, allá iba—. ¡ChangMin!

—¿Qué tienen estas niñas?—Era algo así como un mantra—. ¿Qué tienen?

—Hay entrevistas de ellas en la tv. Incluso las visitas en sus mvs aumentaron casi el doble y las ventas también


—ChangMin, al menos no te odian. ¿No es eso un problema menos? —Intentó consolarlo, mientras lo alejaba de la pared.

—Todos se van a reír de mí. Ya puedo ver a KyuHyun. Ese loco bastardo… si se atreve a twittear algo de esto.

—Es tu mala suerte, chico. ¿0 buena?— Henry se quedó pensando un momento—. Bueno no importa, realmente. ¡Imagina las ventas que habría si ustedes van y hacen fanservice!

—¡Cállate, ni siquiera lo pienses! No quiero ni imaginar si esto se convierte en una estrategia de marketing o algo así.

—Pobre, ChangMin.— Henry hizo un gesto con su mano como si no le importará y terminara con ese tema, ¿Cuál era el problema? Allá en Japón el fanservice y los bromance eran cosa de todos los días—. ¿Y bueno, porque vienes antes acá? Su entrenamiento vocal  no es hasta que las canciones del álbum estén listas.

—Oh —El más alto le tomó por los hombros y lo acercó a Henry—. Él es Kim JaeJoong, y quiere algunas clases rápidas para  poder cantar medianamente bien en diciembre. Mi manager quiere verlo.  ¿Nos ayudas, verdad?

—Uhm… no sé… voy a estar muy ocupado con todos los eventos de navidad y eso.

—No es cierto, ¡Vas a estar de vacaciones!

—Tengo que poner el pino, y adornar mi casa y comprar regalos para los niños, muy ocupado— Le dijo tajante.

—Haremos todo eso por ti.

—¿Y hace cuanto has estado practicando?— Le preguntó cínicamente con una sonrisa al otro chico.

—Eh… a veces, cuando estoy en la ducha.

—¿En serio?— Le preguntó ChangMin.

Jae juntó su dedo índice y pulgar—Un poco —Mintió, porque le encantaba cantar en la ducha.

—Con eso basta — dijo Henry. De repente del bolsillo de su pantalón se escuchó  All i want for christmas is you—. Oh, tengo una llamada. JaeJoong, empieza con el calentamiento, regreso en unos minutos —Les dijo cubriendo la bocina de su celular y salió del salón apresuradamente.

—¿Calentamiento?


—Ven —pidió el menor con paciencia. Tomó las manos del más bajo y acomodó ambos dedos índices en la comisura de los labios algo rosados. —No muevas tu cara ni tus labios, solo deja expulsar el aire de tus labios.

—¿Quieres que sople? —JaeJoong miro las manos de ChangMin rodeando sus muñecas. El color de la piel contrastaba quizás un poco.


—No, así—. ChangMin lo hizo.  Era como el berrinche de un bebé y lo más gracioso que JaeJoong haya visto—. ¡No te rías y hazlo! Por eso odio calentar —ChangMin apretó sus muñecas, y él se acercó un poco más sin notarlo.

—Ok, ok— intentó controlarse.  Tomó aire y lo hizo, ahora fue el turno de ChangMin de contenerse—. ¡Hey!

—Ahora imita la tonada—  lo ignoró. ChangMin comenzó a hacerlo en octava mezclada sin soltarlo.
 JaeJoong lo intentaba pero sus labios se resecaban y se trababa.

—Vamos, no es tan difícil. Los niños de diez años pueden hacerlo eh…— Calló. La lengua de JaeJoong pasaba por sus labios uniformes, el inferior y el superior eran igual de carnosos y encajaban perfectamente, humedeciéndolos e intentándolo de nuevo y luego otra vez.

El ceño fruncido de forma adorable, las mejillas sonrojadas, esa lengua brillante pasar por los labios algo rojos que comenzaban a hincharse… Estaban muy cerca. ChangMin no tuvo pensamiento alguno, más que la escena frente a él.

No recuerda haber cerrado los ojos, sin embargo al abrirlos; sus labios ya presionaban los de JaeJoong. Quien ni siquiera se había movido.

ChangMin tampoco parecía tener intensiones de hacerlo, los ojos de JaeJoong le absorbieron, estaban tan cerca que podía escuchar una respiración cada vez más rápida y podía ver la línea redonda que generalmente rodea la orilla de los ojos expandirse.

Lo peor es que  JaeJoong no había metido su lengua  mientras humedecía sus labios, ChangMin había sido tan rápido y tan estúpido. Que no había previsto que el sabor de la humedad de aquellos labios  era capaz de embriagarle. Como un néctar.
Podía sentir ese caliente y suave pedacito dentro de su boca, tratando de salir. Quizás hubiera podido salvarse si el mismo no la hubiera tocado con su propia lengua.

No hubo control después, no estaba preparado para esto porque nunca lo había sentido.
Era electricidad, ansiedad y calor envolviéndolos. Fue el beso parpadeo más rápido de la historia, y también el más delicioso.

 Cuando se separaron… se miraron y sus labios volvieron a presionarse tímidamente. Luego no pudo parar, solo hacerse más profundo, hasta que ChangMin quitó su mano de sus muñecas y las situó en su cadera con cierta torpeza. Incluso JaeJoong cerró los ojos participando también, arrugaba la camisa de ChangMin de sus antebrazos apretando la tela. Tenían que apartarse, tenían que detenerse.


Necesitaban respirar y se alejaron. JaeJoong miraba al menor con los ojos completamente abiertos, mientras este solo enfocaba el piso, maldiciéndose por desear más. Decidieron aceptar lo que sea que estaba pasando, así que una vez más, con más ansiedad y gusto, volvieron a besarse.


1 comentario:

Laura Campos García dijo...

Jájaja, no que muy enamorado de alguien en E.U., Jaejoong es irresistible, ahora esperate a que empiece a cantar y termiinaras enamorándote de él.

Tus fans Changmin ya adoran a Jae...

Gracias!!!